Pyongyang ataca a Seúl por albergar oficina de derechos humanos de la ONU

  • Corea del Norte calificó hoy como "una provocación intolerable" que Corea del Sur haya aceptado abrir una oficina de las Naciones Unidas dedicada a supervisar la situación de los derechos humanos en el país comunista.

Seúl, 4 jun.- Corea del Norte calificó hoy como "una provocación intolerable" que Corea del Sur haya aceptado abrir una oficina de las Naciones Unidas dedicada a supervisar la situación de los derechos humanos en el país comunista.

Al dar el visto bueno a la apertura de la oficina Corea del Sur ha cometido "una provocación política intolerable" que tiene como objetivo "profundizar la confrontación entre los países hermanos y hacer realidad su ambición de la reunificación por la fuerza", indicó hoy el diario Rodong Sinmun del Partido de los Trabajadores norcoreano.

El periódico estatal del régimen de Kim Jong-un añadió que la medida "conducirá a la catástrofe las relaciones entre las dos Coreas y proyectará la oscura sombra del peligro de que estalle la guerra en la península coreana".

La reacción de Pyongyang llega después de que el pasado jueves el Gobierno surcoreano confirmara que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU abrirá una nueva sucursal en Seúl.

Esta oficina tendrá como principal función recabar nuevos datos sobre los presuntos abusos contra su población cometidos por el régimen de Kim Jong-un.

El último informe de la ONU, presentado el pasado marzo, señaló al Gobierno norcoreano como autor de "crímenes contra la humanidad" equiparables a los cometidos por el nazismo alemán o el "apartheid" en Sudáfrica.

Concretamente, el informe documenta la existencia de "exterminio, asesinato, esclavitud, desapariciones, ejecuciones sumarias, torturas, violencia sexual, abortos forzosos, privación de alimento, desplazamiento forzoso de poblaciones, y persecución por motivos políticos, religiosos o de género" en el país comunista.

Corea del Norte, sin embargo, lo califica como material "inventado" para favorecer los intereses de Estados Unidos y critica que haya sido redactado sobre los testimonios de refugiados norcoreanos en el extranjero "sin comprobar su veracidad".

Debido a que Pyongyang ha cerrado hasta ahora sus puertas a los expertos de Naciones Unidas encargados de evaluar la situación de los derechos humanos, el documento de la ONU se apoya en los testimonios de 240 personas, entre ellos 80 supervivientes de campos de trabajo.

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