¿Qué estudiaron los imputados de la Púnica en sus cursos anticorrupción?

El diario 'El Mundo' informó este lunes, Cofely, una de las empresas implicadas en la trama de corrupción Púnica, envió a dos de sus empleados a París para asistir a un curso anticorrupción en el año 2013. Pedro García, director de Mercado Público, y Constantino Álvarez de la Cueva, director Comercial y de Desarrollo, contaban con el beneplácito de la compañía alegando que ambos departamentos son muy"sensibles" respecto al tema de la corrupción.

García y Álvarez de la Cueva realizaron un curso específico sobre "ética en los negocios", en el que "una parte se refirió a corrupción", aseguró el representante legal de Cofely España, Xavier Puyal Torras, en delcaraciones al Mundo. Cofely, una filial de la multinacional francesa GDF Suez, ofrece, por su parte, sus propios cursos de formación para empleados entre los que se puede mejorar la formación en ética empresarial."Tolerancia cero con la corrupción".

GDF Suez tiene hasta su propia Universidad a la que solo sus empleados pueden acceder y que pueden elegir entre realizar los cursos online o de manera presencial. Según el propio portal de la empresa, todos los ejecutivos de alto rango deben pasar por este proceso de formación. "Quiero ser muy claro con el tema de la corrupción: tenemos tolerancia cero. No podemos aceptar ningún traspiés cuando se trata de la ética", asegura la web.

La empresa enseña a sus empleado en esos cursos cómo actuar en situaciones delicadas y definir los mejores protocolos para evitar el fraude en el seno de la compañía. GDF Suez recomienda una política de no aceptación de regalos o invitaciones de intermediarios comerciales. Además, los trabajadores de la empresa deben respetar "estrictamente" la legislación vigente de cada país donde opere el grupo.

García y Álvarez de la Cueva, sin embargo, decidieron contratar a Marjaliza, un constructor privado, para negociar con el sector público. Según los fiscales del caso, el único motivo que encuentran para que este fichaje se produjera fue las influencias del constructor en "12 ayuntamientos de Madrid". Álvarez de la Cueva y su jefe se negaron a declarar durante ante el juez, por lo que no ofrecieron su versión de qué les llevó a contratar a Marjaliza.

Las fiscales del caso creen que "lo más reprochable desde el punto de vista de la culpabilidad" es que ambos empleados contaban con una altísima formación en materia de anticorrupción. En la causa se investigan "cohechos por muchos millones de euros", avisaron.