Mariano Rajoy demostró que es un parlamentario brillante y con retranca

A diferencia de su discurso del martes, esta vez Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, se mostró con más 'chispa' y hasta tuvo algunos momentos de una singular complicidad con Pablo Iglesias, líder de Unidos Podemos. Ambos protagonizaron un duelo enérgico, pero en tono relativamente 'amistoso'.

Por otra parte, el líder del PP se mostró mordaz y sarcástico con Pedro Sánchez, máximo referente del PSOE. En esta ocasión, Rajoy dejó de lado su postura descafeinada del primer día del debate de Investidura. Se le vio más ácido, irónico y con más ímpetu, y dejó en claro que es un parlamentario brillante.

Prueba de ello es lo que ocurrió con Iglesias. El número uno de la agrupación morada comenzó un discurso que, en sus primeros minutos de intervención, no tuvo contemplaciones con Rajoy. Pablo habló de "merecer el odio de los que envenenan al pueblo es la mayor de las honras. Y nosotros tenemos la suerte de que los poderosos cada día nos honren".

Sin embargo, Rajoy salió airoso de ese duelo, con una respuesta contundente: "¿Es usted el único demócrata en esta Cámara?, porque a nosotros nos han votado millones de personas que creo que también son gente", dijo con énfasis.

También agregó, con indudable eficacia: "A usted le votan obreros, abuelos, estudiantes, autónomos, jubilados, maestros… ¿Y a nosotros quién, solo los ricos? ¿Algún despistado?”.

En un momento, refutó las palabras del referente de Unidos Podemos, quien había manifestado que "es mentira que ustedes vayan a combatir la corrupción porque ustedes son la corrupción y están fundados por ex Ministros del más corrupto de los regímenes que ha habido en nuestro país".

El presidente del Gobierno en funciones recogió el guante y, en un tono hasta didáctico, aunque repleto de sorna, contestó señalando que "a lo mejor, si se investigan a los 350 diputados se llevará alguna sorpresa... incluso entre sus filas".

Hubo un momento del debate en el que Rajoy consiguió templar el tono de la discusión. Ése fue uno de sus mayores méritos. En un tono hasta fraternal con Iglesias, le explicó que "ustedes no estaban, pero votamos estar en el UE, no sé si les gustará pero gobernar es una cosa y prometer imposibles otra, porque cuando uno entra en un club debe cumplir las normas del club y si no pues se sale y pone sus normas. Y mire, creo que la UE tiene un balance positivo porque antes de ella en Europa se sufrieron guerras y no el bienestar de hoy".

Pablo Iglesias terminó admitiendo después que el líder del PP "es un tipo simpático con el que da gusto debatir". En la Cámara de Diputados todos escucharon cuando hasta llegó a reconocerle al presidente en funciones: "Usted tiene muchas cosas buenas. Tiene sentido del humor, es irónico..."

Con Pedro Sánchez, Rajoy también reforzó su imagen de una persona curtida en mil debates legislativos. Este miércoles, sin dudas, pareció más cercano y directo en sus respuestas a los planteos de los opositores.

"No abuse, señor Sánchez. Me ha dicho que no y es suficiente. No hace falta que me lo argumente. He entendido todas las partes del 'no', tranquilícese", afirmó Rajoy. Y también deslizó otras perlas como "Hiciera lo que hiciera usted iba a decir que la fecha para esta sesión de investidura era mala", "podemos estar de acuerdo en que hay demasiados casos de corrupción. La democracia tiene un enemigo que es la corrupción y en eso podemos estar de acuerdo", y "no quiero que pacte conmigo sino que deje gobernar a quien los españoles quieren que Gobierne".

Frente a Sánchez, Rajoy volvió a recordar los resultados de las últimas elecciones. No obstante, se mostró  muy diferente al hombre que había pronunciado un discurso muy previsible y carente de énfasis la jornada anterior. Una de sus frases finales de esa réplica al líder del PSOE, este miércoles, resume como pocas el semblante que mostró Rajoy esta vez: "Hay dos millones y medio de españoles que están más de acuerdo conmigo que con usted y por eso el PP ha ganado las elecciones", manifestó.