Rajoy e Iglesias protagonizan un encendido pero 'amistoso' duelo

Rajoy y Pablo Iglesias han protagonizado un debate tan encendido como amigable. Muy duro en sus inicios Iglesias, "merecer el odio de los que envenenan al pueblo es la mayor de las honras. Y nosotros tenemos la suerte de que los poderosos cada día nos honren", tuvo que reconocer en su réplica que Mariano no le cae mal.

Iglesias empezó hablando como si fuera el portavoz de la gente, y recibió una contestación a la altura de Rajoy: "¿Es usted el único demócrata en esta Cámara?, porque a nosotros nos han votado millones de personas que creo que también son gente". "A usted le votan obreros, abuelos, estudiantes, autónomos, jubilados, maestros… ¿Y a nosotros quién, solo los ricos? ¿Algún despistado?”.

Iglesias también recordó el pasado franquista del PP, "Es mentira que ustedes vayan a combatir la corrupción porque ustedes son la corrupción y están fundados por ex Ministros del más corrupto de los regímenes que ha habido en nuestro país", a lo que Rajoy contestó señalando que a lo mejor investigando a los 350 diputados se iba a llevar alguna sorpresa... incluso entre sus filas. Y le pidió a Iglesias que mirara al futuro que es donde vamos a estar, espero que mucho tiempo.

El tono fue modulando a lo largo del debate y convirtió a Rajoy en un padre que alecciona a su hijo. No le cae mal, pero le ve por mal camino y le aconseja. Ustedes no estaban, pero votamos estar en el UE, no sé si les gustará pero gobernar es una cosa y prometer imposibles otra, porque cuando uno entra en un club debe cumplir las normas del club y si no pues se sale y pone sus normas. Y mire, le dijo a Iglesias, creo que la UE tiene un balance positivo porque antes de ella en Europa se sufrieron guerras y no el bienestar de hoy".

Pablo empezó su segundo intervención hablando de que Rajoy le parecía un tipo estupendo: "Usted tiene muchas cosas buenas. Tiene sentido del humor, es irónico... El problema no es ese. El problema son los resultados de su Gobierno". Incluso miembros de su bancada se reían con la sorna de Rajoy, muy distinto al del discurso de investidura. El presidente en funciones le agradeció el tono, y las alabanzas, y le prometió mejorar. 

Iglesias intentó cambiar el tono incendiario pero el buen rollismo le duraba unos minutos. Luego volvía al ritmo de rap, hasta que Rajoy contestaba y le hacía de nuevo bajar el tono. Rajoy le recordó sus amistades con Grecia, que pidió votar a la gente para hacer lo contrario, señaló que las decisiones de Carmena sí afectan a la gente para mal... y le indicó que levantar el puño le parecía bien... si no se convertía en obligatorio. Otra sorna. E Iglesias rió.