Reabierto 15 años después un atentado de ETA con cuatro muertos en Madrid

El juez Central de Instrucción número 5, José Mata, ha levantado el archivo sobre el asesinato de cuatro personas en Madrid en un coche bomba el pasado 30 de octubre del año 2000. Aquel día, un Renault 19 de color rojo con matrícula falsa explotó en la Avenida Badajoz, muy cerca de dos colegios. Su objetivo era el juez Francisco Querol que perdía la vida en el acto al igual que su conductor, Armando medina. Del mismo modo, también falleció el policía nacional Jesús Escudero y un conductor de la EMT, Jesús Sánchez. Además, 30 personas resultaron heridas. Ahora, 15 años después la Audiencia Nacional reabre el caso.

Pese a que la acción se consideró obra de la banda terrorista ETA, más en concreto de su "comando Madrid", nunca hubo pruebas contundentes para llevar a juicio a ninguno de sus integrantes. Se trataba del comando que meses antes había roto la tregua trampa de ETA con el asesinato del teniente coronel Pedro Antonio Blanco. Aunque actuaban en la capital, tenían el piso franco en Salamanca. Fue allí donde las fuerzas de seguridad se incautaron de numerosa información como la anotación atribuida a la etarra Ana Belén Egües que 15 años después ha comenzado a dar sus frutos.

Fue el empeño de buscar responsables a los numerosos atentados de la banda terrorista que permanecen sin resolver el que llevó a los abogados de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) a bucear entre la cantidad ingente de documentos e informes elaborados por las fuerzas de seguridad a partir del registro en el piso salmantino del "comando Madrid".Detención gracias a un ciudadano

Los letrados de la AVT fueron quien comprobando el informe policial encontraron un anexo en el que aparecían varios números de matrículas de coche, cinco de ellas marcadas con un asterisco. Dentro de este anexo figuraba la placa M-0299-JS correspondiente a la matrícula original del Ranault 19 de color rojo que había sido robado por los terroristas para llevar a cabo el atentado contra el juez Querol. Además, en el borde de ese mismo folio aparece una anotación atribuida a la etarra Ana Belén Egües, una de las integrantes del comando y que, además, a principios de siglo se convirtió en el buque insignia de ETA.

Tras romper la conocida como "tregua trampa" que el grupo terrorista aprovechó para rearmarse, el "comando Madrid" siguió matando en 2001 a un General de Brigada y aun Policía Nacional. Pero contra todo pronóstico, en noviembre de ese mismo año tras un atentado en el barrio madrileño de Prosperidad un ciudadano siguió a los etarras en su huída y avisó a la policía que terminó deteniendo a Ana Belén Egües y a Aitor García Aliaga.

En su declaración policial Egües confesó que su comando había sido autor del atentado contra el magistrado Querol en el que además, hacía partícipe a sus compañeros Juan Luis Rubenach y Gorka Palacios. El arresto de ambos tuvo lugar dos años después en Francia. Pero la etarra se negó a ratificar esas confesiones ante el juez, por lo que caso se archivó.NUVAS DILIGENCIAS

Fue esta la causa por la que desde la AVT se afanaron en encontrar algo más. Sobre todo, después de que el Tribunal Supremo estableciese este año que las declaraciones en sede policial no eran suficientes para lograr una condena si no van acompañadas de más pruebas. Una novedad ya que anteriormente bastaba con que un agente de la Policía o de la Guardia Civil ratificase en el juicio las confesiones de los etarras en sus interrogatorios.

En su auto, fechado el pasado 16 de septiembre, el juez De la Mata acepta la petición de nuevas diligencias solicitadas por la AVT y ordena a la Sección de Documentos, copia del Servicio Central de Criminalística, que aporte una copia del informe en el que figuran los números de matrícula "para que amplíen información sobre este documento, en concreto a los efectos de poder determinar lugar de localización y análisis realizado en relación con la posible participación Ana Belén Egües y otros en la presente causa".

Además pide remitir el documento con el listado de vehículos y matrículas atribuido a Egües al servicio de Información de la Guardia Civil y la Unidad Central de Inteligencia de la Policía Nacional para que lo analicen y confirmen si los vehículos que ahí aparecen fueron usados por ETA para otros atentados.

EUROPA PRESS