Reforma laboral. Rubalcaba acusa al gobierno de querer superar la crisis a costa de “precariedad e incertidumbre”


El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusó este miércoles al Gobierno de intentar superar la crisis económica imponiendo “precariedad e incertidumbre” en el mercado laboral, con recetas que no son en ningún caso inexorables porque hay otras alternativas.
Rubalcaba inauguró en el Congreso de los Diputados una jornada parlamentaria organizada por el Grupo Socialista para analizar la reforma laboral del Gobierno y sus efectos, junto a sindicatos, empresarios y también expertos en legislación laboral.
“Algo no estamos haciendo bien” en Europa, subrayó, cuando una crisis que empezó siendo global se ha convertido en europea con un claro ejemplo en la gestión de la deuda griega.
Con ese contexto, el líder socialista volvió a pedir una revisión del calendario de ajuste para combinarlo con políticas de crecimiento, ya que “si no creces no te puedes desendeudar”.
Esa es, en su opinión, la clave de la recuperación, junto con el combate a las tesis “neoliberales” que aprovechan la crisis para instaurar la idea de que todo se debe a la “apetencia desordenada” de los trabajadores por servicios públicos y prestaciones sociales que en época de crisis “no nos podemos pagar”.
Esa es la tesis que, desde su punto de vista, también defiende el Gobierno, y lo ha demostrado al optar por un modelo que es al tiempo “sartén y fuego”, ya que recorta los derechos de los ciudadanos sin frenar el paro, porque el efecto “inmediato” de la reforma laboral serán más despidos.
Bajo supuestas “decisiones técnicas” que se presentan como “inexorables”, denunció, subyacen “opciones políticas e ideológicas perfectamente reconocibles”.
Hay unanimidad en que España necesita ganar competitividad y una forma de lograrlo es moderar rentas, pero eso, explicó, se puede hacer por acuerdo o por imposición, abordando todas o sólo las salariales, y el Gobierno ha optado por la fórmula más injusta y menos eficaz.
Hay acuerdo también en la necesidad de flexibilidad para las empresas, aseguró, pero eso ya estaba en la anterior reforma y ahora se impone de forma unilateral, generando incertidumbre en los trabajadores porque “prácticamente todo es revisable” y además por decisión única del empresario.
Con ello, sentenció, la reforma genera desconfianza entre los trabajadores, retraimiento del consumo y, por tanto, falta de estímulo para el crecimiento, y todo ello conduce a un modelo de rebaja salarial, una “competencia inútil” porque siempre habrá quien los baje más, y una injusticia porque “nada olvida más la formación y la innovación que la precariedad”.
Rubalcaba reprochó al Gobierno que pida ahora “tiempo” para la reforma cuando a la anterior no le concedió margen alguno, y contradijo la advertencia de que no tendrá fruto hasta el medio plazo porque sí tendrá un efecto inmediato: la combinación de recesión y abaratamiento del despido generará más paro.
Además, el aumento de trabajadores sin amparo de convenio colectivo y la moderación salarial unilateral tendrá efectos “nocivos” en la cohesión social y en la igualdad de oportunidades.
A ello se une la conversión de millones de contratos temporales que ahora tienen una pequeña indemnización en otros igualmente temporales pero denominados indefinidos y con despido libre, lo cual podrá tener efectos “estadísticos relevantes” pero en realidad serán “contraprodudentes” para la economía y para los propios trabajadores.
Además, los cambios en la contratación a tiempo parcial, la inclusión de horas extra que llevadas al extremo pueden encubrir falsos contratos a tiempo completo, la eliminación de la negociación colectiva como marco para implementar planes de igualdad, o la regulación de las políticas de conciliación, tendrán efectos nocivos sobre la igualdad.
Rubalcaba aseguró que no encuentra “ventaja” alguna en esta reforma, y por ello el PSOE trabaja en una enmienda a la totalidad con un texto alternativo en el que recuperará su programa electoral y los últimos acuerdos entre empresarios y sindicatos.
El objetivo es corregir en el trámite parlamentario los aspectos “más nocivos, más lesivos” de la reforma, y también los “elementos de inconstitucionalidad evidentes”, que si persisten serían determinantes para que el PSOE recurra la reforma ante el Tribunal Constitucional.

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