Rehabilitación urbana y economía en la pugna electoral de Lisboa y Oporto

  • sep.- La rehabilitación de los centros históricos de Lisboa y Oporto y su impulso económico y empresarial centran la batalla electoral que libran conservadores y socialistas de cara a los comicios municipales del próximo domingo.

Antonio Torres del Cerro

Lisboa, 24- sep.- La rehabilitación de los centros históricos de Lisboa y Oporto y su impulso económico y empresarial centran la batalla electoral que libran conservadores y socialistas de cara a los comicios municipales del próximo domingo.

Las dos municipios más emblemáticos de entre los 308 de Portugal comparten desafíos económicos en un país sumido en una grave crisis así como problemas urbanísticos y demográficos derivados del abandono de edificios y de la especulación.

Lisboa, que cuenta con 524.000 habitantes, y Oporto, con 227.000, enfrentan una despoblación crónica que les ha llevado a perder en tres décadas unos 300.000 y 100.000 vecinos, respectivamente.

Debido a la degradación de sus centros y a los altos precios de los inmuebles, ambas ciudades han cedido a la pujanza de las localidades satélites como Sintra (400.000 habitantes) o Cascais (200.000), en el cinturón urbano de casi dos millones de la capital, y como Vila Nova de Gaia (300.000) en el área metropolitana del gran Oporto (1,5 millones).

La rehabilitación urbana para viviendas particulares o para proyectos empresariales y turísticos es bandera tanto de los conservadores del Partido Social Demócrata (PSD) como para el Partido Socialista (PS), que se alternan en el poder en Portugal desde la instauración de la democracia en 1974.

Alcalde de Lisboa desde el 2007, el socialista Antonio Costa, de 52 años, aspira a la reelección con una política dirigida a la recuperación de barrios históricos degradados, la promoción de la movilidad limpia con más carriles para bicicletas o los programas para fomentar ideas innovadoras empresariales ('start-up').

Costa, favorito en las encuestas, es además una figura de peso en el PS, en la oposición desde el 2011, y en los mentideros políticos le sitúan como el próximo secretario general de los socialistas en detrimento de Antonio José Seguro, cuyo liderazgo está cuestionado.

Como principal contrincante del ex ministro socialista se sitúa Fernando Seara, de 57 años y reputado miembro del partido que lidera el Gobierno (PSD).

Su candidatura parte en desventaja, según los analistas, pues estuvo varios meses en vilo debido a que los tribunales impedían a Seara presentarse a la Alcaldía al haber cumplido tres mandatos municipales en Sintra.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional acabó por aceptarla este mismo mes al interpretar que la norma de limitación de mandatos no impide a un aspirante presentarse en una localidad en la que no ha superado tres legislaturas.

"Sentir Lisboa", la colación que lidera Seara y que agrupa también a los democristianos del CDS-PP y al Partido de la Tierra (MPT), persigue prestar más apoyos sociales, especialmente a los numerosos ancianos de la urbe, y promocionar la capital como destino turístico y de inversión con la creación de un Embajador Itinerante de Lisboa.

Con una tasa de desempleo en torno al 13 %, menor al 16 % de media nacional, las propuestas de los dos principales candidatos en Lisboa tienen como meta asentar a la ciudad sede del poder político como el principal polo de riqueza del país por delante de Oporto.

Considerado uno de los mayores centros industriales de la Península Ibérica, Oporto ha luchado por equilibrar fuerzas con la capital con el pionero programa de rehabilitación urbana (PortoVivo) y con la apuesta por la cultura y la educación.

Sin embargo, su elevado paro, de cerca del 20 %, es el mayor obstáculo de la ciudad, cuyos ingresos municipales han menguado considerablemente en comparación con los de Lisboa.

Sin el apreciado dirigente conservador Rui Río, retirado de la carrera electoral por la ley de los tres mandatos, Luís Filipe Menezes, también del PSD, es el claro favorito a ganar las elecciones por delante del socialista Manuel Pizarro, de 49 años, y el independiente Rui Moreira, de 57.

A sus 59 años, Menezes, alcalde durante 15 de la vecina Vila Nova de Gaia, esquivó, como Seara, la ley de la limitación electoral y se presentó a los comicios en una coalición con otros dos pequeños partidos con proyectos de rehabilitación en instalaciones municipales cuya meta es potenciar el empleo y promover el turismo.

Mostrar comentarios