Rubalcaba pone la prohibición de operaciones a corto en bolsa como ejemplo de la importancia de la política

El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, puso la decisión tomada en varios países europeos, entre ellos España, de prohibir durante quince días las operaciones a corto en Bolsa, como ejemplo de la importancia de la política.
Pérez Rubalcaba se reunió, en la sede de la escuela Jaime Vera, dependiente de la Fundación Ideas, con un grupo de voluntarios que participará en la campaña electoral, justo cuando quedan cien días para los comicios.
Su mensaje se centró en defender la importancia de la política, “más que nunca” precisamente porque las turbulencias llevan a los ciudadanos a pensar que las decisiones se toman fuera de su ámbito de influencia, y temen que lo que pasa ha escapado a su control.
Fue la política, reiteró, la que decidió que los mercados funcionaran sin apenas reglas, y sólo la política puede corregir eso y aplicar nuevas reglas, y prueba de ello es esa última decisión de prohibir operaciones financieras a corto.
Es una decisión que se ha tomado “por el interés de todos” para defender el sistema financiero, crucial para la estabilidad económica y el crecimiento, “y esperamos que funcione”.
Hay que “reafirmar el valor de la política” en un contexto complicado de pesimismo ante el futuro instalado en una sociedad en la que los padres temen que sus hijas vivan peor que ellos, y hay que decir a ambos que estas elecciones son “vitales”, precisamente para recuperar los ámbitos de decisión política.
Por todo ello, pidió al partido una campaña “explicativa”, con un debate político “de altura” que permita a los ciudadanos valorar las opciones disponibles, y derivado de eso una sólida base de “razonamientos” en los que quepa la crítica pero no “el insulto, la descalificación, los juicios morales”.
El candidato quiere también una campaña “participativa” y por ello tendrá que ser “innovadora”, muy tecnológica y presente en Internet y en las redes sociales, porque tendrá que adaptarse “al lenguaje y a los sistemas de comunicación que usa la gente”.