Sarkozy intenta desactivar un conflicto social para reformar las pensiones

  • París.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, decidido a una nueva reforma del sistema de pensiones, intenta desactivar un conflicto social con un encuentro mañana con sindicatos y patronal que le permitirá afinar su estrategia de presentación de las medidas que va a proponer.

Sarkozy intenta desactivar un conflicto social para reformar las pensiones
Sarkozy intenta desactivar un conflicto social para reformar las pensiones

París.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, decidido a una nueva reforma del sistema de pensiones, intenta desactivar un conflicto social con un encuentro mañana con sindicatos y patronal que le permitirá afinar su estrategia de presentación de las medidas que va a proponer.

Aunque para nadie es un secreto que una de esas medida será el fin de la posibilidad de jubilarse a 60 años, Sarkozy ha preferido que sean otros miembros de su entorno los que hayan soltado esa idea al debate público mientras él se ha reservado mañana la tarea de presentar a las centrales y a los empresarios el calendario y el método que tiene intención de seguir.

Dos de los tres grandes sindicatos del país, la CGT y FO, ya han advertido que si se toca la jubilación a los 60 años el conflicto está asegurado, y eso que hasta la líder de la oposición, la primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, había admitido que habría que elevar esa cifra hace dos semanas, antes de tener que dar marcha atrás por las protestas dentro de sus filas.

Para la presidenta del Movimiento de Empresas de Francia (Medef), Laurence Parisot, la cuestión está clara: "hay que cambiar la edad legas de jubilación. (...) Cómo imaginar que mientras la esperanza de vida se acerca a los 100 años, se esté treinta a cuarenta años sin trabajar y financiar" las pensiones.

En una entrevista publicada hoy por "Le Journal du Dimanche", Parisot señaló, sin embargo, que la idea del primer ministro, François Fillon, de aumentar las cotizaciones para la jubilación aumentaría las cargas de las empresas y reduciría al final el salario neto que llega cada mes a los trabajadores.

El Medef, pese a que quiere mantener el régimen por reparto -en el que los activos actuales con sus cotizaciones pagan las pensiones de los jubilados- para mantener el poder adquisitivo de los jubilados futuros estima que hay que completarlo con un dispositivo de capitalización.

Una capitalización que, en palabras de su presidenta, "se muestra siempre ganadora" a largo plazo, y además es una forma de diversificar riesgos.

Para el Elíseo, elevar la edad legal de jubilación es la forma más rápida para tratar de reequilibrar las cuentas del régimen de pensiones, que ya ahora pierde 10.000 millones de euros anuales.

La reforma, que Sarkozy quiere que se formalice este año, con casi total seguridad no mostrará sus cartas antes de las elecciones regionales del mes próximo, consciente de que todas las encuestas muestran fuertes reticencias, y hoy una publicada por "Ouest France" cifraba en un 59% los opuestos a tocar la jubilación a los 60 años.

Uno de sus grandes desafíos puede ser convencer a la central que históricamente se ha mostrado más reformista, la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), que ya fue aliado del Gobierno conservador en 2003 que hizo la última reforma, con Fillon precisamente como ministro responsable.

En 2003, el ahora primer ministro logró imponer la elevación del número de años de cotización necesarios para cobrar una pensión completa, primero equiparando en 40 años los funcionarios y los asalariados del sector privado, y luego aumentando para todos a 41 años en el horizonte de 2012 y a 42 años más adelante.

El problema es que ese periodo de cotización, que ahora tal vez vuelva a revisarse al alza, iba acompañado de la posibilidad de que los que habían empezado a trabajar entre los 14 y 16 años pudieran jubilarse incluso antes de los 60 años, y eso prácticamente ha anulado el efecto esperado de incrementar los fondos al régimen de pensiones.

El encuentro del jefe del Estado con sindicatos y patronal de mañana, el tercero desde que Sarkozy llegó al Elíseo en mayo de 2007, también abordará la situación de los parados que han agotado sus derechos a subsidio, la posibilidad de incluir en la Seguridad Social el riesgo de dependencia o la manera de que las empresas compartan sus beneficios con sus empleados.

Mostrar comentarios