Se reanuda el juicio por la matanza en la cárcel brasileña Carandirú en 1992

  • El juez brasileño José Augusto Nardy Marzagão reinició hoy el juicio por la "masacre de Carandirú", la mayor matanza en las cárceles del país suramericano, ocurrida en 1992 y en la que murieron 111 presos.

Sao Paulo, 18 abr.- El juez brasileño José Augusto Nardy Marzagão reinició hoy el juicio por la "masacre de Carandirú", la mayor matanza en las cárceles del país suramericano, ocurrida en 1992 y en la que murieron 111 presos.

El proceso se suspendió el miércoles después de que uno de los miembros del jurado se sintiera mal de salud.

El magistrado decidió reanudarlo después de una evaluación hoy del médico, que el miércoles había recomendado que el jurado permaneciera en reposo.

Durante la sesión de hoy se leen los documentos aportados por la defensa y la acusación. A continuación los jurados, seis hombres y una mujer, escucharán el testimonio de cuatro de los acusados, según la agenda del juicio.

En esta parte del proceso hay 26 policías acusados de matar a 15 detenidos el 2 de octubre de 1992, cuando la Policía Militarizada irrumpió en la Casa de Detención de Carandirú en respuesta a una trifulca entre los detenidos.

La Justicia procesará a un total de 79 policías en cuatro fases, dada la gran cantidad de acusados.

El martes, el gobernador del Estado de Sao Paulo en 1992, Luiz Antonio Fleury Filho, dijo al tribunal que la orden de entrada al penal "fue absolutamente necesaria y legítima".

La Policía alegó que irrumpió en el lugar porque los detenidos tenían armas de fuego, a pesar de que los once agentes heridos fueron atacados con cuchillos y palos.

El exdetenido Antonio Carlos Dias, el primer testigo en el juicio, señaló el lunes que la Policía "puso armas en las celdas" como pruebas falsas.

Marco Antonio de Moura, otro exdetenido, relató que vio a uno los agentes acusados matar con golpes de porra a los presos que intentaban salir por un ascensor y por las escalas de emergencia.

Ningún agente ha cumplido sentencia por las 111 muertes. El coronel de la Policía Militar que dirigió la operación, Ubiratán Guimaraes, fue condenado en 2001 a 632 años de cárcel, aunque nunca entró en prisión, pues fue absuelto en una apelación en 2006.

Meses después fue asesinado en extrañas circunstancias dentro de su apartamento y su novia, la principal sospechosa, fue declarada inocente por falta de pruebas.

Mostrar comentarios