Secuestran durante unas horas a una pareja británica en el Sinaí egipcio

  • Una pareja de ciudadanos británicos fue secuestrada hoy durante unas horas por un grupo de beduinos cerca de la localidad de Ras Sadr, en el oeste de la península egipcia del Sinaí, informó la agencia oficial de noticias Mena.

El Cairo, 7 mar.- Una pareja de ciudadanos británicos fue secuestrada hoy durante unas horas por un grupo de beduinos cerca de la localidad de Ras Sadr, en el oeste de la península egipcia del Sinaí, informó la agencia oficial de noticias Mena.

Las víctimas del secuestro, que duró poco más de dos horas, son el director de la compañía petrolera estadounidense Exxon Mobil en Egipto, Andrew David Wells, y su mujer, que se encontraban en el Sinaí para realizar una excursión por el desierto.

Para lograr la liberación de los británicos se formó un grupo especial de las fuerzas de seguridad, que en coordinación con líderes tribales dio con el paradero de los retenidos.

Los beduinos, de la tribu Al Yararsha, se habían concentrado frente a la fiscalía de Ras Sadr para protestar por la renovación de la detención de miembros de su grupo.

Wells y su esposa aparecieron por la zona mientras se desarrollaba la manifestación, en la que los beduinos efectuaron disparos al aire y acabaron secuestrando a la pareja.

En los últimos dos años se han producido bastantes secuestros de turistas extranjeros por parte de beduinos con reivindicaciones similares, aunque las retenciones se han resuelto con la liberación de los rehenes al poco tiempo.

La península del Sinaí es uno de los principales polos de atracción turística en Egipto, gracias principalmente a la playa y a monumentos como el monasterio de Santa Catalina.

Se calcula que en el Sinaí habitan unos 300.000 beduinos, distribuidos en unas quince tribus que se consideran descendientes de los grupos árabes originarios de la península Arábiga.

Líderes tribales se han quejado en repetidas ocasiones de la marginación en la que viven sus comunidades y aseguran que la falta de atención de las autoridades les obliga a dedicarse a actividades ilegales, como el contrabando.

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