Senador brasileño acusado de corrupción admite "amistad" con capo del juego

  • El senador brasileño Demóstenes Torres admitió hoy su "amistad" con un supuesto capo del juego ilegal pero negó haber participado en sus negocios, tal cual sospecha la Policía y por lo cual es objeto de un proceso con miras a su destitución.

Brasilia, 29 may.- El senador brasileño Demóstenes Torres admitió hoy su "amistad" con un supuesto capo del juego ilegal pero negó haber participado en sus negocios, tal cual sospecha la Policía y por lo cual es objeto de un proceso con miras a su destitución.

Torres presentó su defensa ante el Consejo de Ética del Senado, que puede despojarle del mandato por sus vínculos con el empresario Carlos Augusto Ramos, conocido como "Carlinhos Cachoeira" y supuesto jefe de una mafia del juego ilegal con ramificaciones en todo el país y gruesos tentáculos en la política nacional.

Admitió su "amistad" con el supuesto capo, reconoció que éste le regaló y pagaba las cuentas de un teléfono satelital con el que se comunicaban casi a diario y que hasta pagó los "fuegos artificiales" usados en su boda, pero rechazó toda participación en sus negocios.

Torres incluso dijo que "no sabía" de las actividades ilegales de "Cachoeira", pese a que ha estado implicado en asuntos de supuesta corrupción y de financiación ilegal de campañas electorales al menos desde 2004, cuando fue el centro del primer gran escándalo de la gestión del ahora expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Asimismo, el senador descalificó el contenido de cientos de grabaciones hechas por la Policía de sus conversaciones telefónicas con Ramos, porque, según sostuvo, las escuchas no fueron autorizadas por la justicia y porque "muchas fueron trucadas".

En algunas de esas grabaciones, para las cuales la Policía dijo tener autorización judicial, se llega a escuchar al senador cuando alerta al supuesto capo, de operaciones que las autoridades estaban preparando contra la red del juego ilegal.

Sin embargo, según aseguró Torres, esas conversaciones fueron "alteradas, trucadas y editadas" a fin de incriminarle.

El senador Humberto Costa, relator del Consejo de Ética, afirmó que el interrogatorio al que fue sometido Torres, que duró cerca de cinco horas, "no convenció" y dejó "claro" que hay fuertes indicios de la complicidad del legislador con los negocios de "Cachoeira".

Las operaciones de esa mafia del juego están bajo investigación en otro grupo parlamentario, que mañana discutirá la posibilidad de convocar a declarar a varios gobernadores que también tendrían algún tipo de relación con las empresas de Ramos.

Entre los sospechosos se encuentran los gobernadores del Distrito Federal de Brasilia, Agnelo Queiroz, y de los estados de Goias, Marconi Perillo, y Río de Janeiro, Sergio Cabral.

En el último caso, las investigaciones apuntan a las relaciones de Cabral con la empresa constructora Delta, que en los últimos años se adjudicó millonarios contratos en diversos estados de Brasil y, en especial, en Río de Janeiro, ciudad que será subsede del Mundial de fútbol del 2014 y acogerá los Juegos Olímpicos en 2016.

Según sospecha la Policía, Delta habría servido para blanquear parte del dinero obtenido por la mafia del juego y se valía de la influencia política de "Cachoeira" para obtener ventajas en licitaciones públicas.

En medio del escándalo desatado por las investigaciones, hace un mes se anunció la venta de la empresa Delta al grupo J&F, en el que el Estado tiene una participación del 30 por ciento a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).

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