Serbia rechaza la oferta de la UE y pide proseguir el diálogo con Kosovo

  • Serbia rechazó hoy una oferta de Bruselas para un acuerdo de autonomía para la minoría serbia en Kosovo, a la vez que pidió que prosiga el diálogo con Pristina, auspiciado por la Unión Europea (UE), para alcanzar un compromiso.

Snezana Stanojevic

Belgrado, 8 abr.- Serbia rechazó hoy una oferta de Bruselas para un acuerdo de autonomía para la minoría serbia en Kosovo, a la vez que pidió que prosiga el diálogo con Pristina, auspiciado por la Unión Europea (UE), para alcanzar un compromiso.

El rechazo ha sido decidido este lunes, el día en que ha expirado el plazo dado a Belgrado por Bruselas para que comunicase su decisión, después de que el pasado día 2 terminara la octava ronda de negociación tras seis meses de conversaciones entre las dos partes, bajo el auspicio de la UE, sin que se lograra un compromiso.

"El Gobierno serbio no puede aceptar los principios presentados de forma oral al equipo negociador de Belgrado, porque no garantizan la plena seguridad, la permanencia y la protección de los derechos humanos de los serbios en Kosovo", declaró el primer ministro serbio, Ivica Dacic, encargado de comunicar la decisión a la UE.

"Tal acuerdo no es aplicable y no llevaría a una solución definitiva y sostenible", aseguró el primer ministro en una sesión extraordinaria del gobierno, en la que fue tomada la decisión definitiva al respecto y que obtuvo el apoyo unánime de los ministros.

Dacic, que ha sido también el principal negociador por parte de Belgrado, aseguró que su gobierno "está determinado a llegar por vía pacífica, mediante el diálogo, a una solución sostenible que será una base para que se logre una paz duradera y la plena seguridad para todos los que viven en Kosovo".

La oferta de la UE no dota a los serbios en Kosovo de una autonomía con competencias en materia de Policía y Justicia, a lo que aspira Belgrado y a lo que se opuso Pristina.

Un progreso sustancial y sostenible en el diálogo con Kosovo es la condición principal exigida a Serbia por la UE en su vía de acercamiento y la aspiración a obtener una fecha de inicio de las negociaciones de ingreso en el club comunitario.

En declaraciones a Efe, el analista Ognjen Pribicevic, del Instituto de Ciencias Sociales serbio, vaticinó que la reacción de Occidente a la decisión serbia será "muy negativa", porque esperaban "que este gobierno sería más 'cooperador' que el anterior".

"Sin embargo, eso no ha ocurrido y creo que el descontento será grande", en Bruselas, Washington y Berlín, dijo Pribicevic, quien indicó que, "a pesar de todo, las negociaciones continuarán en un plazo de tiempo razonable, porque a nadie le interesa que se interrumpan".

Pribicevic espera "una ralentización de los procesos de integración europea de Serbia, pero no su detención".

"Serbia tendrá un período difícil a corto plazo, de uno o dos años, que en sentido económico será muy difícil", pronosticó.

No obstante, el experto consideró que la actual situación no causará una desestabilización en la escena política de Serbia ni elecciones anticipadas en el país.

En Pristina, la ministra kosovar de Integraciones Europea, Vlora Citaku, que formaba parte de la delegación de Kosovo en el diálogo de Bruselas, consideró hoy que la decisión de Belgrado de no firmar el acuerdo sobre la autonomía de los serbios "no es una victoria para Kosovo, ni lo es para Serbia".

"Si alguien cree que la falta de acuerdo es buena para Kosovo, se equivoca", dijo Citaku en su cuenta en Twitter.

Poco antes de que el gobierno serbio comunicara su decisión, el primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci, que encabezó la delegación negociadora de su país, había expresado este lunes su deseo de que "se den las circunstancias para que se logre un acuerdo".

"El éxito del diálogo será de beneficio para los dos países y sobre todo para sus ciudadanos. Si el diálogo tiene éxito, no habrá perdedores, solo ganadores", declaró Thaci en la ciudad de Mitrovica, dividida entre albanokosovares y serbios.

"El acuerdo ayudaría al funcionamiento del Estado de Kosovo en la totalidad de su territorio y en ese sentido la plena integración de los serbios del norte", añadió.

El norte de Kosovo está poblado en su mayoría por serbios que no reconocen la autoridad de Pristina, y en los años pasados fue en numerosas ocasiones escenario de enfrentamientos violentos entre ellos y grupos de albanokosovares.

Serbia perdió el control de Kosovo en 1999, tras los bombardeos de la OTAN que pusieron fin a un conflicto entre la guerrilla separatista albanokosovar del UÇK y las fuerzas de Belgrado.

En 2008, Kosovo, de amplia mayoría albanesa, proclamó la independencia, que Serbia no reconoce pero que recibió el apoyo de las grandes potencias occidentales, aunque no de Rusia, China, Brasil, España y otros países.

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