Los socialistas españoles afrontan su campaña más difícil por el auge de Podemos

Los socialistas españoles acometerán a partir de la noche del jueves la campaña más difícil de su historia por la competencia de la coalición de izquierdas encabezada por Podemos, que podría sustituirle como segunda fuerza política de España.

"Se parecen mucho al Partido Popular (PP, conservadores en el poder)", afirma en Madrid Francisco Marchante, un médico de 28 años, a menos de tres semanas de las elecciones legislativas del 26 de junio.

"Creo que el partido socialista (PSOE), hoy por hoy no es socialista, creo que los socialistas de ahora están buscando otras opciones", señala, al subrayar escándalos de corrupción que han salpicado tanto a miembros de esa organización como del PP.

Este médico se dispone a votar en las legislativas por la nueva coalición Unidos Podemos, integrada por el partido antiausteridad Podemos y la formación de tendencia comunista y ecologista Izquierda Unida.

El PSOE, que ha alternado en el poder con la derecha desde la década de 1970, ya obtuvo en las elecciones de diciembre pasado los peores resultados de su historia, con solo 90 escaños en la cámara baja.

Podemos y sus aliados, que no ocultan su deseo de suplantar como líderes de la izquierda al "viejo" PSOE de 137 años, obtuvieron 65 escaños.

El Partido Popular del jefe de gobierno saliente, el conservador, Mariano Rajoy, también fue severamente sancionado por los votantes, tras cuatro años de austeridad e incesantes escándalos de corrupción: pese a obtener el mayor número de diputados (123), perdió su confortable mayoría.

Y desde diciembre, viejos y nuevos partidos no fueron capaces de llegar a un acuerdo para formar un gobierno, lo que llevó a la convocatoria de nuevas elecciones.

El 26 de junio los conservadores lograrían nuevamente el primer lugar, con 29,2% de los votos, según un sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), divulgado el jueves.

Pero los socialistas dirigidos por Pedro Sánchez continuarían su caída, con 21,2% de los votos, cuatro puntos por debajo de Unidos Podemos y sus aliados, que lograrían un 25,6%.

Este retroceso de los socialistas a un inédito tercer lugar podría recordar a la caída en Grecia de Pasok (socialistas) en beneficio de Syriza en 2015.

En parte surgido del movimiento de los indignados contra la austeridad, Podemos ha tomado el liderazgo en la oposición en el parlamento desde enero a costa del PSOE.

Y según la socióloga Belén Barreiro, directora del instituto de sondeos Myword, 90% de sus electores le son fieles.

El partido de izquierda radical tomó una nueva fuerza al aliarse con Izquierda Unida, con el apoyo de formaciones regionales de izquierda: En Comú Podem (Cataluña), En Marea (Galicia) y Compromís (Valencia).

El PSOE ha tenido "muchos problemas", constata el politólogo Pablo Simón. La formaci´lon afronta las dificultades de los socialdemócratas en toda Europa, paga caro su viraje a la derecha durante la crisis y atraviesa divisiones internas.

Tras las elecciones del 20 de diciembre, los socialistas se movieron hacia la derecha al alcanzar una alianza con los liberales de Ciudadanos. Pero Pedro Sánchez no pudo ser investido jefe de gobierno al no contar con el apoyo de Podemos.

"La imagen del PSOE se ha desdibujado", estima un socialista en una alta posición dentro del partido, crítico de la directiva.

Para Belén Barreiro, será "muy difícil" que el PSOE "consiga volver a pasar delante de Podemos", porque "tiene que convencer a los votantes".

"El margen de error de los sondeos sigue siendo importante", se defiende un miembro de la campaña de Pedro Sánchez.

Ignorando a su tradicional adversario socialista, los conservadores centran sus ataques en Unidos Podemos, los "extremistas", peligrosos para la estabilidad de España y su crecimiento (3,2% en 2015).

Si los socialistas cayeran a la tercera posición, estarían frente a un dilema: dejar gobernar al PP -"una bomba nuclear para el partido", según un alto responsable- o aliarse con Podemos, con el riesgo de verse "fagocitado" por ese movimiento.

La fuente de la campaña de Pedro Sánchez asegura que en ese caso el partido se inclinaría por permitir a la derecha gobernar absteniéndose en una sesión de investidura, "pero sin Mariano Rajoy".

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