Tres políticos buscan redención en primarias de Nueva York tras líos sexuales

  • Más allá del enorme interés por saber quiénes serán los candidatos a suceder a Michael Bloomberg como alcalde de la Gran Manzana, las elecciones primarias del próximo martes son también un intento de redención para tres políticos que protagonizaron escándalos sexuales.

Rafael Cañas

Nueva York, 8 sep.- Más allá del enorme interés por saber quiénes serán los candidatos a suceder a Michael Bloomberg como alcalde de la Gran Manzana, las elecciones primarias del próximo martes son también un intento de redención para tres políticos que protagonizaron escándalos sexuales.

Se trata del excongresista Anthony Weiner, que aspira a la candidatura demócrata a la alcaldía; el exgobernador del estado Eliot Spitzer, que quiere ser fiscal de cuentas de la ciudad y el exasambleísta estatal Vito López, quien aspira a ser concejal.

La tradición política en Estados Unidos dicta que los votantes suelen perdonar los devaneos privados si perciben sinceridad en el arrepentimiento -como ocurrió con el entonces presidente Bill Clinton o, más recientemente, con el exgobernador de Carolina del Sur Mark Sandford, reelegido congresista tras dimitir por un caso de adulterio-, pero estos tres casos son muy diferentes entre sí y pueden obtener resultados distintos.

De todos, el capítulo más rocambolesco es el de Weiner, quien dimitió en 2011 de su escaño en el Congreso por Nueva York tras reconocer un escándalo de "sexting" (envío de imágenes eróticas por teléfono móvil) con varias mujeres y mentir sobre ello.

Weiner protagonizó hace pocos meses una irrupción sonada en la carrera por la candidatura demócrata a la alcaldía e incluso llegó a encabezar los sondeos a mediados de julio, ayudado por un mensaje muy cuidado en defensa de la clase media de la ciudad, cada vez más atribulada por el encarecimiento de alquileres y precios.

Sin embargo, antes de acabar julio Weiner admitió que había continuado haciendo "sexting" con otra joven después de dimitir y de iniciar terapia, lo que hundió sus aspiraciones.

El que la joven de 22 años con la que intercambiaba mensajes y fotos protagonizara luego una película pornográfica rodada a toda prisa para aprovechar su "tirón comercial" no hizo más que añadir un toque circense al asunto, bordeando claramente con el ridículo.

Ahora, la campaña de Weiner está por los suelos (7 % de intención de voto y en cuarto lugar) y el otrora carismático congresista (casado con una estrecha colaboradora de Hillary Clinton cuando ésta era secretaria de Estado) es objeto de bromas y chanzas en muchos actos de campaña.

Quien sí tiene posibilidades es Spitzer, antigua estrella ascendente en la política estadounidense, que tras ser un fiscal general del estado de Nueva York muy duro con la corrupción política y las irregularidades de Wall Street fue elegido gobernador a finales de 2006.

Sin embargo, Spitzer protagonizó una sonada dimisión en 2008, tras reconocer que había contratado servicios de prostitutas (algo que además es ilegal en el estado), incluso por 1.000 dólares la hora.

La última encuesta, divulgada esta semana, coloca a Spitzer con un 45 % de intención de voto entre los posibles votantes demócratas, frente al 47 % de su rival, el actual presidente del barrio de Manhattan, Scott Stringer, un político con fama de eficaz pero poco carismático.

La receta de Spitzer ha sido una campaña muy bien financiada, con muchos anuncios que insisten en un mensaje de lucha contra los poderosos (que según el exgobernador no quieren verle retornar a la arena pública) y de defensa del ciudadano de a pie.

Como resultado, las minorías (afroamericanos, hispanos) figuran entre sus más fieles defensores.

El último en discordia es Vito López, quien dimitió de su cargo en mayo tras recibir una censura formal de un comité de ética de la Asamblea estatal de Nueva York por acoso sexual a varias empleadas jóvenes de su oficina.

López, quien debe el apellido a un abuelo español pero procede de una familia de origen eminentemente italiano, aspira a un puesto de concejal por el distrito 34, que incluye vecindarios de los barrios de Queens y Brooklyn.

La actual concejal, Diana Reyna, debe dejar el puesto por los límites de mandato que impone la legislación, y el otro candidato es su actual jefe de gabinete, Antonio Reynoso, un joven de origen dominicano.

A pesar del escándalo, López no ha pedido perdón públicamente a diferencia de Weiner y Spitzer, y sin embargo disfruta de una sólida base política en la zona gracias a su trabajo de décadas promoviendo viviendas públicas para familias de ingresos bajos y medios, lo que hace que continúe siendo muy popular en esos vecindarios.

Mostrar comentarios