Tribunal declara culpable a Bo de sobornos, malversación y abuso de poder

  • El Tribunal Intermedio de Jinan, en el este de China, declaró hoy culpable al ex dirigente chino Bo Xilai de aceptación de sobornos, malversación de fondos y abuso de poder.

Pekín, 22 sep.- El Tribunal Intermedio de Jinan, en el este de China, declaró hoy culpable al ex dirigente chino Bo Xilai de aceptación de sobornos, malversación de fondos y abuso de poder.

En la audiencia para dar a conocer el veredicto, el tribunal rechazó los argumentos de la defensa del ex secretario general del Partido Comunista en Chongqing (centro de China), que alegaba que Bo había confesado originalmente esos delitos bajo presión y que el testimonio de su esposa, Gu Kailai, era inaceptable porque ella padece un desequilibrio mental.

Según figura en las partes de la sentencia que ha colgado hasta ahora el tribunal en su cuenta de Weibo (el twitter chino), la corte también consideró los testimonios de los empresarios Xu Ming y Tang Xiaolin, de los funcionarios Wang Zhenggang y del antiguo "número dos" de Bo y ex jefe de Policía de Chongqing, Wang Lijun, como suficientemente corroborados por las pruebas.

La audiencia comenzó pocos minutos después de las 10.00 horas locales (02.00 GMT), con la presencia de Bo, sus abogados y los fiscales.

Asisten a la audiencia un total de 116 personas como miembros del público, entre ellos 22 periodistas chinos y tres familiares de Bo.

Aunque el veredicto se vaya a dar a conocer hoy, es poco probable que el caso quede cerrado, pues se espera que Bo presente una apelación.

Durante su juicio por aceptación de sobornos, malversación de fondos y abuso de poder, que concluyó el pasado 26 de agosto, Bo rechazó sistemáticamente los cargos.

"El 99 por ciento de los hechos que ha indicado el fiscal no guardan la más mínima relación conmigo o con mi caso", declaró entonces el ex dirigente chino.

En una carta a sus familiares y divulgada esta semana, Bo aseguró que cree que su nombre quedará limpio un día, y hasta entonces "esperaré tranquilamente en prisión".

La legislación china prevé un castigo mínimo de diez años para ese tipo de delitos, que pueden llegar a castigarse incluso con la pena de muerte.

Los fiscales encargados del caso reclamaron en el juicio que se impusiera una pena severa contra el ex miembro del Politburó chino, ante su falta de arrepentimiento.

El periódico, no obstante, cita a dos fuentes relacionadas con la familia de Bo y su esposa, Gu Kailai, para afirmar que el ex dirigente recibirá una pena relativamente moderada, inferior a los quince años de prisión.

Durante el juicio, Gu se convirtió en un testigo clave, al afirmar que Bo "tenía que saber" que la familia había recibido sustanciosas cantidades, en efectivo o en especie, de dos empresarios. Entre estos regalos se encontraba un chalet en la costa mediterránea francesa.

Por su parte, Bo culpó a su mujer de estar "loca" y aseguró que ella mantuvo una relación amorosa con el jefe de Policía de Chongqing y "número dos" del ex dirigente, Wang Lijun.

El juicio contra Bo culmina el mayor escándalo político de los últimos tiempos en China, que estalló el año pasado cuando Wang Lijun trató de pedir asilo en un consulado estadounidense.

Allí, Wang Lijun denunció que Gu Kailai había matado meses antes al empresario británico Neil Heywood, cuya muerte se había atribuido hasta entonces a un exceso de alcohol.

Gu Kailai fue sometida a juicio en agosto del año pasado y condenada a pena de muerte suspendida, lo que en la práctica equivale a una cadena perpetua. Wang Lijun quedó también condenado a quince años de cárcel.

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