Turquía sufre nuevos ataques y se prepara para una vuelta a las urnas

  • Estambul y el sudeste de Turquía fueron escenario este miércoles de nuevos ataques que costaron varios efectivos al ejército, en un contexto de escalada de la violencia mientras el país se prepara para unas elecciones legislativas anticipadas.

Ocho soldados perdieron la vida cuando una bomba explotó al paso de una patrulla en una zona rural de la provincia de Siirt (sudeste), anunció el ejército.

Este atraque, atribuido a los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), es el más mortífero que sufren las fuerzas armadas desde el lanzamiento el mes pasado de una ofensiva militar "contra el terrorismo".

Un poco antes se habían registrado disparos y una explosión cerca del palacio otomano de Dolmabahçe, situado en una turística zona de Estambul y sede de la oficina del primer ministro.

En este ataque, no reivindicado, no hubo que lamentar muertos ni heridos, según la prensa local, que indicó que se había detenido a dos asaltantes.

Según la cadena de televisión de NTV, el tráfico estaba interrumpido en las principales avenidas en torno al palacio, cercano a la Torre de Gálata, en la orilla europea de la megalópolis turca.

Las nuevas embestidas llegan días después de una serie de atentados en Estambul y en localidades del sudeste del país en los que murieron seis miembros de las fuerzas de seguridad turcas.

En esa ocasión Estambul registró un doble atentado: uno contra el consulado de Estados Unidos, que fue reivindicado por un grupo de extrema izquierda (DHKP-C, el Partido/Frente Revolucionario de Liberación Popular), y otro contra una comisaría de policía de Sultanbeyli, en la orilla oriental, obra del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

El país es teatro de violencias diarias desde el atentado suicida de Suruç (sur), en el que murieron 33 jóvenes simpatizantes de la causa kurda y que fue atribuido al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Ankara lanzó entonces, el 24 de julio, una "guerra contra el terrorismo" dirigida al PKK y al EI, aunque en la práctica el principal objetivo han sido los rebeldes kurdos, que han respondido a su vez con ataques, poniendo fin al alto el fuego con Ankara vigente desde 2013.

A los problemas de seguridad se le añaden las incertidumbres políticas.

"Avanzamos rápidamente hacia las elecciones", declaró a media jornada el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante un encuentro en su palacio con cargos municipales.

El mandatario afirmó que habrá que consultar "la voluntad del pueblo" para salir del estancamiento.

Algunos analistas consideran que Erdogan espera que unos nuevos comicios le permitan a su Partido Justicia y Democracia (AKP), islamo-conservador, recuperar la mayoría absoluta que perdió en las legislativas de junio pasado, por primera vez desde que llegó al poder, en 2002, lo que le obligó a buscar un socio de coalición.

Los esfuerzos del AKP hasta ahora en este sentido fueron infructuosos, y tanto el partido socialdemócrata CHP como el nacionalista MHP, segunda y tercera fuerzas respectivamente, han rechazado la oferta.

Erdogan, primer ministro entre 2003 y 2014, no esconde su aspiración de reformar la constitución para ampliar los poderes de su cargo.

El jefe del Estado turco crispó a sus opositores al sugerir la semana pasada que el sistema presidencial estaba establecido "de facto", algo que repitió el miércoles. "Estén de acuerdo o no, el régimen turco ha cambiado", dijo entonces.

En este contexto, la lira turca continuó su descenso y tocó mínimos: en la tarde del miércoles se cambiaba a 2,93 liras por dólar y a 3,23 por euro, lo que supone un descenso del 1,2% en una jornada.

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