Un debate de altura

  • Todo es nuevo en un PSOE que ha hecho suya la máxima de "renovarse o morir". Es la primera vez que va a elegir a su secretario general en unas primarias entre los militantes y es la primera vez, también, que los candidatos a liderar el partido debaten entre ellos sin cortapisas y con público.

Eva Santos

Madrid, 7 jul.- Todo es nuevo en un PSOE que ha hecho suya la máxima de "renovarse o morir". Es la primera vez que va a elegir a su secretario general en unas primarias entre los militantes y es la primera vez, también, que los candidatos a liderar el partido debaten entre ellos sin cortapisas y con público.

Ha sido en la sede de la calle Ferraz, durante dos horas, retransmitido en directo por las televisiones y los medios digitales que han querido -el PSOE ofrecía la señal por satélite- y con la participación de 99 militantes, 33 escogidos por cada candidatura.

La expectación era mucha en la sede federal del PSOE desde primera hora de la mañana, aunque ha sido a partir de las doce y media, cuando han comenzado a llegar escalonadamente los miembros de las candidaturas, cuando ya no cabía ni un alfiler en la abarrotada entrada de Ferraz.

Se ha habilitado para el debate la sala Ramón Rubial, donde se reúnen los comités federales del PSOE, con un estrado de blanco y rojo -hace tiempo que los socialistas desterraron el "azul PP" que Zapatero puso de moda en su momento-, con atriles para los candidatos y sillas para invitados y periodistas.

Pedro Sánchez llegaba con el que se ha convertido ya en su uniforme de campaña, camisa blanca y pantalones vaqueros, mientras que Madina y Pérez Tapias han coincidido con un azul muy parecido en la camisa, aunque el andaluz ha preferido no quitarse la chaqueta. Así, desde la última fila de la sala, estaba bien claro quién era cada uno.

El horizonte, para quienes seguían el debate desde esa distancia, era como el "skyline" de una gran ciudad, con sus bloques de pisos de similar altura (los invitados sentados, en este caso) y sus rascacielos (los candidatos, que superan el 1,90 de altura).

Los tres estaban de pie delante de un atril y han sudado la gota gorda, porque la iluminación que se había colocado para que la imagen que saliera por las teles fuera buena era más propia de una cabina de rayos uva, según reconocen algunos asistentes.

Por ello, y a lo mejor también por los nervios del momento, los aspirantes han tenido que quitarse en alguna ocasión el sudor de la frente.

Quizás los nervios hayan jugado una mala pasada a Pedro Sánchez, que ha comenzado algo nervioso, según han coincidido algunos de los voluntarios de su propia candidatura, que recuerdan que es el más inexperto de los tres en debates de este tipo, ya que lleva poco tiempo de diputado. Luego, ha ido ganado confianza y ha aprovechado cada oportunidad que tenía para "colar" sus propuestas.

Madina está más bregado en subir a la tribuna -no el balde lleva diez años en el Congreso de los Diputados, los cinco último además como secretario general del grupo socialista- y Pérez Tapias ha sido parlamentario durante ocho años y es profesor universitario.

Habituado a explicar la lección a sus alumnos, Pérez Tapias a veces se ha extendido más de la cuenta en sus intervenciones, pero también ha sido el más relajado de todos y con toques de humor, mientras que Madina se ha mostrado muy contundente y muy seguro de sí mismo, pero con un discurso con más matices que sus oponentes.

Los candidatos han sido sumamente respetuosos y no se han interrumpido nunca, si bien se ha podido escuchar más de una pulla, especialmente entre Madina y Sánchez, los dos a quienes las encuestas atribuyen más posibilidades.

Así, Sánchez no se ha cortado en señalar que la apertura del PSOE al voto de los militantes no lo ha conseguido una persona -Madina había recordado que él se empeñó en que fuera "un militante, un voto"-, sino que del asunto se habló en la Conferencia Política.

El vasco, mientras tanto, no ha perdido oportunidad de referirse veladamente a los rumores que sitúan a Susana Díaz detrás de la candidatura del Pedro Sánchez y ha dejado claro que él se representa a sí mismo y que no hay nadie detrás de sus aspiraciones.

Junto a decenas de militantes anónimos, entre el público había también algún que otro rostro conocido, casi con cuentagotas: el exministro y actual eurodiputado socialista Juan Fernando López Aguilar, invitado por el equipo de Pérez Tapias, o el secretario de Estado Bernardino León, que apoya la candidatura de Madina.

López Aguilar, que durante un fin de semana estuvo sopesando la posibilidad de presentarse también, aunque desistió porque no tenía ni el tiempo ni la infraestructura, ha estado muy cariñoso son los aspirantes, especialmente con su anfitrión, Pérez Tapias, y también con Madina, a cuyo lado se le sitúa.

Tanto es así que no ha dudado en posar con ellos cuando, al acabar el debate, Madina y Pérez Tapias se han dado un abrazo y han dejado que los medios gráficos les inmortalizaran a la subida de las escaleras del hall de Ferraz. Como si les hiciera falta subirse en unas escaleras a unos candidatos que llegan al 1,90, incluido Sánchez, que había abandonado momentos antes la sede federal.

Y es que éste era, visualmente, un debate de altura.

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