Un grupo de científicos traza un plan para salvar el planeta

  • Un grupo de científicos, entre ellos varios españoles, explican en Nature los cinco cambios climáticos ocurridos en la Tierra y trazan un "plan de emergencia" para frenar el actual.

Las emisiones habrán aumentado un 50% para 2050, según la OCDE
Las emisiones habrán aumentado un 50% para 2050, según la OCDE

Basándose en estudios de los cambios climáticos acontecidos en la Tierra, algunos científicos han elaborado un "plan de emergencia" que pretende evitar el punto de no retorno al que nos acercamos. Ese plan necesita de la colaboración de todos, ya que incluye medidas como reducir la tasa de crecimiento de la población, así como el consumo de recursos del planeta.

Otra de las propuestas es sustituir el gasto energético actual por fuentes renovables, aumentar la eficiencia en la producción de alimentos y mejorar la gestión de las zonas de la Tierra que aún no han sido dominadas por humanos.

En el citado artículo, se detalla que los cambios climáticos pasados, además de causar extinciones masivas como la de los dinosaurios, han ido modificando las características del planeta. El último gran cambio tuvo lugar hace unos 14.000 años, cuando el treinta por cierto de la superficie terrestre perdió la capa de hielo que la cubrió durante el último periodo glacial. Esa edad de hielo había durado unos 100.000 años y el periodo de transición se prolongó unos 3.300 años. Desde entonces, el planeta ha mantenido unas características más o menos estables hasta la aparición y desarrollo de la humanidad.

Sin embargo, actualmente, las personas están provocando una serie de cambios que podrían conducir "a un nuevo estado planetario", advierte el investigador de la Estación Biológica de Doñana Jordi Bascompte. Dichos cambios, alteran la química de la atmósfera y de los océanos, y causan grandes trastornos en los flujos de energía que van "desde el principio hasta el final de la cadena alimentaria", puntualiza.

El origen de todos esos cambios es el aumento de la población que conlleva un mayor consumo de recursos y energía, y la transformación y fragmentación del paisaje, unas alteraciones que modifican las condiciones atmosféricas, oceánicas y terrestres y que amenazan la supervivencia de la biodiversidad actual. La tasa de crecimiento anual de la población es de unos 77 millones de personas, casi mil veces más que la experimentada hace entre 10.000 años y 400 años, cuando rondaba las 67.000 personas.

Ese aumento poblacional ha transformado casi la mitad (43%) de la superficie terrestre en áreas urbanas y agrícolas. Además, los humanos acaparan el uso de hasta el 40 por ciento de la producción primaria mundial (limitando el acceso de otras especies a este recurso) y consume combustibles fósiles, lo que ha elevado la concentración de CO2 atmosférico un 35 por ciento y ha rebajado el pH oceánico el 0,05.

"Si estos impactos superan el 50 por ciento, incluso las áreas inalteradas del planeta sufrirán las consecuencias", avisa Eloy Revilla, de la Estación Biológica de Doñana.

Si la población sigue creciendo al ritmo actual, las consecuencias se verán hacia el 2025, y los recursos entrarán en un momento crítico en 2045. Lo que sucederá cuando se llegue a tal situación todavía es incierto, pero es algo que "debería preocuparnos muy seriamente". La pérdida de productividad en las tierras de cultivo, la reducción de la capacidad de almacenamiento de CO2 de los bosques y océanos y el colapso del stock pesquero son tres consecuencias seguras.

Está en manos de la humanidad, advierten, decidir si quiere guiar los cambios del planeta o simplemente dejar que las cosas sucedan.

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