Un jurado declara culpables a los acusados de matar a palos a un amigo suyo

  • Un jurado popular ha declarado por unanimidad culpables del delito de homicidio a los dos acusados de apalear y golpear hasta la muerte a un compatriota rumano amigo suyo en Mocejón (Toledo) en julio de 2011.

Toledo, 13 jun.- Un jurado popular ha declarado por unanimidad culpables del delito de homicidio a los dos acusados de apalear y golpear hasta la muerte a un compatriota rumano amigo suyo en Mocejón (Toledo) en julio de 2011.

En el veredicto emitido esta noche en la Audiencia Provincial de Toledo, el jurado, compuesto por mayoría de mujeres, considera culpables de homicidio a Nicusor M.G. y a su tío Costel G., de 24 y 35 años, respectivamente, con la agravante de abuso de superioridad y la atenuante de confesión, al acudir de forma voluntaria al Cuartel de la Guardia Civil de Bargas (Toledo).

La fiscal del caso ha solicitado para cada uno de los acusados quince años de prisión, al igual que la acusación particular, mientras que las defensas de Nicusor y Costel han pedido que la pena se les reduzca a cinco y seis años, respectivamente, por la atenuante "muy cualificada" de confesión.

El jurado popular, que ha tardado menos de dos horas en acordar el veredicto -las deliberaciones comenzaron a las seis de la tarde y antes de las ocho ya habían acabado- ha tenido en cuenta el testimonio prestado por el dueño del bar y un camarero, quienes vieron cómo golpeaban al fallecido en el exterior del bar Tiffany's de la citada localidad.

También han tenido en cuenta el informe de la autopsia elaborado por los forenses, que concluyeron que la víctima murió desangrada de las "múltiples" heridas, dos de ellas en zonas vitales, una en la cabeza y otra que le fracturó el bazo por varias partes.

El magistrado presidente del jurado, Rafael Cáncer, emitirá la correspondiente sentencia en base al veredicto emitido y fijará la pena para cada uno de ellos.

El caso soliviantó los ánimos en Mocejón, cuyo Ayuntamiento en pleno, con los votos del PP, pidió una reunión con el subdelegado del Gobierno, entonces Javier Corrochano, para pedirle que expulsara a los rumanos del pueblo.

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