Un perraje para Sofía, la reina amiga de las mujeres indígenas de Guatemala

  • EFE).- La reina Sofía se llevó hoy de la hermosa ciudad de Antigua, en Guatemala, muchas y emotivas muestras de agradecimiento por su apoyo a los pueblos indígenas, y especialmente a las mujeres, plasmadas en un perraje, el vistoso chal con que se cubren las indígenas mayas, cargado de simbolismo.

Antonio del Rey

Antigua (Guatemala), 20 mar (ACAN-EFE).- La reina Sofía se llevó hoy de la hermosa ciudad de Antigua, en Guatemala, muchas y emotivas muestras de agradecimiento por su apoyo a los pueblos indígenas, y especialmente a las mujeres, plasmadas en un perraje, el vistoso chal con que se cubren las indígenas mayas, cargado de simbolismo.

"Ella es amiga de las mujeres indígenas de Guatemala", declaró la Defensora de la Mujer Indígena, Gloria Laynez, en uno de los impresionantes patios del antiguo convento de los jesuitas donde se ubica el Centro de Formación de la Cooperación Española.

En sus manos llevaba la prenda multicolor de algodón, que bien sirve para cubrirse la cabeza, sujetar a los bebés o guardar alimentos, pero que también es un símbolo de autoridad.

Su intención era entregársela a la reina española a su llegada al recinto donde iba a clausurar un seminario sobre los 25 años de cooperación española con los pueblos indígenas.

Así lo hizo, y ella recogió la manta multicolor, junto con un collar de monedas de plata y se lo puso inmediatamente, manteniéndolo en su atavío en la clausura de la jornada, junto al ministro guatemalteco de Cultura, Carlos Batzin, y el secretario español de Cooperación, Jesús Gracia.

En ese acto el ministro habló de los españoles y su reina como "amigos" de los pueblos indígenas, recordó que la nueva era maya comenzó en diciembre de 2012, vaticinando una etapa de mayor bienestar para la humanidad y con mayor presencia de la mujer y agradeció el compromiso español a través de la cooperación.

Todavía le esperaban más agasajos a la reina, ya que después se celebró un emotivo y vistoso ritual de agradecimiento a cargo de cuatro indígenas, con incienso, oraciones en lengua maya y un colorido altar a ras de tierra de flores, velas y alimentos.

La ceremonia fue seguida en absoluto silencio, y de nuevo la reina Sofía recibió regalos y parabienes por su respaldo a los indígenas y a las mujeres, una de las cuestiones más presentes en este viaje, puesto que la cooperación española está volcada con las campañas del Gobierno guatemalteco en contra del maltrato femenino.

Investida con el atributo de autoridad, la reina visitó después una exposición sobre los 25 años de presencia de la AECID en Guatemala, conversó con los indígenas y aceptó hacerse autofotos con ellos.

Eso sí, en su visita a la ciudad colonial, patrimonio de la humanidad desde 1979, no había faltado un paseo, antes de la hora de comer, por su mercado de artesanía, donde hizo algunas compras como una turista más de los muchos que pasean por sus calles empedradas.

Se llevó pulseras, dos sillitas de niño decoradas y también un perraje de Cuyotenango que adquirió a una señora llamada Petronila; también recibió un bolso de regalo en una de las tiendas.

Bajo la eterna mirada del Volcán de Agua, que preside todas las vistas de la ciudad, la reina Sofía hizo además en la jornada de hoy unas inusuales declaraciones ante la balaustrada superior de uno de los patios del centro de formación, antiguo Colegio de la Compañía de Jesús construido entre los siglos XVII y XVIII.

Ante periodistas, cámaras y micrófonos, respondió a varias preguntas sobre este viaje anual de cooperación que le ha llevado por sexta vez hasta Guatemala, un país en el que según confesó ha visto "un gran avance" desde la última vez que lo visitó, junto al rey Juan Carlos, hace ya siete años.

Jesús Gracia, el secretario de Estado español, lo había corroborado poco antes: la reina se implica en todos los proyectos y se puede decir que es "nuestra mejor embajadora de la cooperación española". ACAN-

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