Cada vez son más en sumarse a la 'Hora del Planeta', una iniciativa de la organización ecologista WWF para concienciar sobre el reto que plantea el cambio climático y que este sábado celebra su quinta edición. El principio es sencillo: se trata de apagar las luces entre las 20.30 y las 21.30 como símbolo de lucha contra el cambio climático, acelerado por la actividad humana. A la iniciativa se suman cada año grandes empresas, y cada año gana adeptos entre la Administración y partidos políticos.
El alcance de la iniciativa es ya global y sirve para organizar todo tipo de actividades en todo el mundo, desde carreras hasta conciertos. En España se han preparado multitud de actividades. Toda una batería de piraguas con antorchas iluminará en Sevilla un enorme '60' en el río Guadalquivir, en alusión a los minutos que componen una hora. En Barcelona, los patinadores serán los encargados de representar este número a la luz del fuego.
Pero de nada sirve todo este movimiento si al final se queda en una hora al año. Precisamente, el mensaje que quiere trasladar la organización ecologista este año es que el apagón trascienda la jornada del sábado y sirva como palanca para concienciar de verdad sobre los efectos del cambio climático.
El problema es que a base de repetir los peligros que acechan de no corregir el tiro de la actividad humana, el público ha perdido el interés y el impacto en sus conciencias es casi nulo. Será un reto para las organizaciones ecologistas como WWF promover acciones que trasladen el mensaje de que aún puede hacerse mucho para cuidar el planeta, con independencia de que estemos acelerando el cambio climático.
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