Una televisión paquistaní reprendida por declaraciones de odio contra Malala

  • La Autoridad Paquistaní de Regulación de los Medios emitió el viernes una advertencia a una de las principales cadenas de televisión del país por haber difundido "incitaciones al odio" contra la Nobel de la paz Malala Yousafzai y su familia.

La militante, de 18 años, exiliada en Inglaterra tras haber sobrevivido milagrosamente a un intento de asesinato por parte de los talibanes en octubre de 2012, es tan admirada como odiada en su país de origen.

Una parte de la población está convencida de que es el instrumento de un complot occidental contra Pakistán.

En su decisión, la Autoridad Paquistaní de Regulación de los Medios Electrónicos (PEMRA) deploró la difusión el 7 de febrero en la cadena de información continua ARY de una emisión con declaraciones "indecentes y no civilizadas" contra Malala. En el programa era tratada de "traidora, blasfemadora contra Dios y el profeta" Mahoma.

Estas acusaciones son muy graves en Pakistán, donde las simples alegaciones de blasfemia son suficientes para provocar reacciones violentas, que pueden ir hasta la muerte.

"El presentador y los invitados del programa efectuaron declaraciones contra Malala Yousafzai y su familia que conllevan sin duda incitación al odio, lo que está estrictamente prohibido por la ley y la Constitución", indica la PEMRA.

"La difusión de estas declaraciones puede poner en peligro a una persona", destacó el organismo, sin señalar que llevaría a cabo acciones contra la cadena.

Se limitó a pedir a la cadena ARY que hablara con su comité de control de redacción y que no difundiera más este tipo de programas.

Malala, centro de miras por su campaña en favor a la educación de las niñas, ganó el premio Nobel de la paz en 2014, junto al indio Kailash Satyarthi, también involucrado en el acceso a la educación de los más desfavorecidos.

Tras ser herida de gravedad en la cabeza por atacantes talibanes mientras se encontraba en un autobús escolar en el valle de Swat en 2012, fue trasladada urgentemente a Reino Unido.

Ahora vive con su familia en Birmingham, en el centro de Inglaterra, donde estudia en una escuela para niñas.

Desde el principio, Malala fue criticada por los grupos islamistas radicales, opuestos a la emancipación de las mujeres. Al mismo tiempo, una parte de la clase media, favorable a la educación, tampoco la ve con buenos ojos al no soportar la imagen que se da de Pakistán.

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