Viaje a Cuba de Obama genera alabanzas en Miami, aunque también algunas críticas

  • Para Janiet Vila Chamorro es un "rayito de luz" y para Ramón Pereira es una "tremenda idea": el venidero viaje del presidente Barack Obama a Cuba fue celebrado en Miami, enclave histórico de la diáspora cubana en Estados Unuidos, donde también se escucharon críticas.

"Magnífico, es una tremenda idea", dijo Ramón Pereira a la AFP, frente al Café Versailles, el emblemático restaurante del barrio Pequeña Habana en Miami (Florida, sureste), donde los cubanos se toman un café y discuten sobre las últimas novedades.

"Pienso que cualquier cosa que pase en Cuba, que le demos capitalismo indirecto a los cubanos, (...) va a crear otra filosofía para los cubanos allá, hay que prender la llama con Obama", indicó Pereira, de 60 años, 48 de ellos vividos en Estados Unidos.

"Tengo a toda mi familia allá. El caso de que un presidente de los Estados Unidos vaya a Cuba y esté haciendo un intercambio cultural, económico, negocios, lo que sea, para mí es un rayito de luz", señaló Janiet Vila Chamorro, de 28 años, que trabaja en un salón de belleza en la Calle 8, el corazón de la Pequeña Habana.

Mientras se toma un café cortadito con mucha azúcar, a la usanza cubana, Denis Hernández piensa que el viaje de Obama el 21 y 22 de marzo y su política de acercamiento que genera más contactos entre los cubanos en ambas orillas, puede impulsar cambios.

"Hay que combatir a ese régimen desde estos tiempos de la información, que es lo que está haciendo el presidente, no se puede mantener al pueblo aislado, no se va a ningún lugar", dijo este chofer de la red de transporte Uber que abandonó hace seis años Cuba, donde aún viven su esposa y su hijo.

Ramón Pereira confiesa que al principio del histórico deshielo, anunciado en diciembre de 2014, era escéptico. Pero luego pensó que tras más de medio siglo de aislamiento, había que "tratar algo nuevo".

El tradicional barrio cubano de Pequeña Habana se mostraba este jueves en perfecta calma, algo que se repetía en toda Miami, una ciudad con alrededor de un millón de cubanos que en décadas anteriores fue escenario de multitudinarias protestas ante cualquier acontecimiento en la isla, pero que ahora ha vivido el deshielo en total tranquilidad.

Pero en la ciudad, donde las encuestas muestran que desde hace años la mayoría de los cubano-estadounidense favorece más contactos entre Washington y La Habana, no todos recibieron bien el anuncio de Obama, sobre todo entre las primeras generaciones de exiliados tras la revolución castrista de 1959.

Quiere "hacer algo histórico" y "terminar como héroe" antes de entregar la Casa Blanca, ironizó Willie Hernández, un jubilado de 61 años que llegó hace 53 a Estados Unidos. "Pero no va a cambiar nada, los cubanos siguen pasando hambre", afirmó.

Rita Betancourt, también llegada hace más de cinco décadas a Miami, desestimó la posibilidad de que Obama abogue por los derechos humanos en Cuba. "Él no va a luchar por nada, porque los Castro no permiten eso, y eso él lo sabe", sentenció.

Grupos anticastristas en Miami, contrarios al deshielo, repudiaron que Obama visite Cuba, en momentos en que, afirman, arrecia la represión contra disidentes.

"Yo no sé cómo el presidente está dando este paso de visitar a esta dictadura, en medio de una represión como esta", se preguntó Orlando Gutiérrez Boronat, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano.

Sin cambios significativos en materia de derechos humanos, el gobierno castrista "no se merece la visita del líder del mundo libre", dijo un portavoz del alcalde de origen cubano del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez.

Pero otros líderes de la comunidad en Miami le daban el beneficio de la duda.

Si Obama ignora al pueblo cubano, será un fracaso, dijo Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia. Pero si "aboga por los derechos humanos y la reunificación" de las familias separadas, además de elecciones libres, "será una visita productiva".

du/fj

Mostrar comentarios