Victoria leales a Jamenei favorece acoso parlamentario y judicial Ahmadineyad

  • La victoria de los grupos leales al líder supremo, Ali Jamenei, con el escrutinio próximo a terminar, en los novenos comicios legislativos de la República Islámica de Irán, puede acrecentar el acoso parlamentario y judicial al entorno del presidente, Mahmud Ahmadineyad.

Teherán, 4 mar.- La victoria de los grupos leales al líder supremo, Ali Jamenei, con el escrutinio próximo a terminar, en los novenos comicios legislativos de la República Islámica de Irán, puede acrecentar el acoso parlamentario y judicial al entorno del presidente, Mahmud Ahmadineyad.

De confirmarse los datos, que apuntan a que un 75 por ciento de los diputados electos son hostiles a Ahmadineyad, incluso podría ponerse en jaque la pervivencia del presidencialismo y la Cámara podría optar por un sistema de gobierno parlamentario, con un primer ministro elegido por los diputados.

Esto eliminaría al presidente, un cargo de elección directa por sufragio universal, que tiene por ese motivo una legitimidad popular que puede hacer sombra al líder supremo.

El líder supremo, en el régimen teocrático islámico chií de Irán, ostenta un poder omnímodo en materia política, social y religiosa y, además es comandante supremo de las Fuerzas Armadas, pero lo designa un reducido colegio religioso, lo que en cierta medida le resta legitimidad popular.

El propio Jamenei, tras el enfrentamiento que mantuvo entre abril y mayo con Ahmadineyad y tras descalificarle al reponer en su puesto al ministro de Inteligencia, al que el presidente había destituido previamente, sugirió que, con un cambio en la Constitución, aprobado por el legislativo, se podría pasar al sistema parlamentario.

Lo que si está claro es que, con una victoria tan aplastante de los seguidores de Jamenei como la que se vaticina, si la institución de la Presidencia sobrevive, en los comicios presidenciales de 2013 el candidato oficial será alguien de lealtad probada al líder supremo y no propiciado por el sector de Ahmadineyad.

Según datos de la Comisión Electoral Central, difundidos en la web del Ministerio del Interior de Irán, con más de 45.000 de los 47.000 colegios electorales escrutados a las 18.00 hora local (14.30 GMT), 213 diputados habían obtenido un escaño directo de los 290 que tiene el Parlamento.

De los 77 escaños restantes, algunos aún se decidirán en esta primera vuelta, pero otros tendrán que ir a una segunda ronda, pues los candidatos no han conseguido los porcentajes mínimos para acceder a la Cámara directamente.

Según varios medios iraníes, la circunscripción donde más escaños se disputarían en la segunda vuelta es la de Teherán, donde sólo 5 diputados, de los 30 que se deben elegir, han superado de momento el porcentaje de votos exigido, por lo que probablemente 25 deberán salir de una segunda.

De los 30 nombres que encabezan el recuento de votos en Teherán, que es el más retrasado del país, al menos 18 pertenecen al sector principalista, cercano al líder supremo, y el resto serían reformistas o seguidores del presidente.

En todo caso, muy por delante del resto, el primer puesto en Teherán lo ocupa Gholam Ali Hadad Adel, muy próximo políticamente a Jamenei, del que además es consuegro.

Con estos datos, la televisión oficial iraní en lengua inglesa, PressTV, dijo hoy que más de un 75 por ciento de los candidatos que ya han conseguido escaños pertenecen a las listas principalistas, agrupadas en torno a Jamenei, que tras las presidenciales de 2009 apoyaron a Ahmadineyad pero ahora le es mayoritariamente hostil.

En informaciones adelantadas con datos de anoche, la misma cadena de televisión había señalado que un 18 por ciento de los diputados electos eran reformistas islámicos, una corriente que ha quedado muy marginada desde las presidenciales de 2009, en que denunciaron fraude y convocaron protestas que fueron sangrientamente reprimidas.

Los verdaderos perdedores, con unas cifras que parece que se confirman, serían los partidarios claros de Ahmadineyad, que apenas alcanzaban un 7 por ciento de los escaños, lo que les dejaría completamente arrinconados.

Como muestra del acoso parlamentario a Ahmadineyad, la semana que viene está convocado ante La Cámara, para responder sobre la supuesta ineficacia de su Gobierno y casos de corrupción, un tipo de comparecencia que no tiene precedentes en los 33 años de historia de la República Islámica.

En todo caso, debido al sistema electoral iraní, es difícil adjudicar una filiación política clara a los diputados electos, salvo a los muy significativos, ya que sus candidaturas son individuales y no se les elige formalmente por su tendencia, aún estando adscritos a listas concretas, que son meramente indicativas.

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