El autobús detuvo su marcha en un semáforo cerca de donde yo pasaba. Acababa de leer una sobrecogedora noticia sobre el día de la violencia contra la mujer cuando mis ojos se toparon con este anuncio publicitario. La imagen me hizo detener la marcha. Apenas tuve tiempo para tomar la foto que encabeza este artículo.
Quedé con un regusto triste. Da la impresión de que ni la prensa ni los políticos ni las empresas han comprendido la lección que nos han dejado tantos años de luchas y avances sociales. ¿Cómo calificaríamos el anuncio si el centro de la foto saliera un hombre y flanqueado por dos mujeres bajo el eslogan "NO TE CONFORMES CON UNA"? O mejor dicho: ¿Alguien se atrevería a publicitar una colonia masculina de la guisa que muestra la imagen?
Las primeras mujeres que reclamaron igualdad de derechos no pretendían ocupar los resortes de poder en perjuicio de los hombres. No ansiaban, en absoluto, un gobierno dirigido por mujeres que practicase contra los varones tantos grados de discriminación cuanto habían ejercido sobre ellas los gobiernos exclusivamente masculinos.
Luchaban por algo tan necesario y justo como que el Estado reconociese en su legislación lo que la misma realidad impone: que cualquier persona posee la misma dignidad y debe gozar de iguales derechos con independencia de su sexo, raza, religión o cualquier otra cualidad distintiva.Un modelo de posesión
Los terribles crímenes machistas, como el que hoy mostraba un espeluznante vídeo de la Guardia Civil, vienen precedidos por siglos de desprecios, humillaciones, burlas y desaires de muchos hombres hacia muchas mujeres a lo largo de los siglos.
Haber fomentado el respeto al sexo opuesto, -en este caso de ellos a ellas-, se ha revelado como un excelente antídoto para contrarrestar ese modelo de posesión que reflejan las actitudes machistas en una sociedad.
Conviene no aflojar en este camino y, sobre todo, no sustituir determinados vicios sociales masculinos por sus exacta réplica en versión femenina. Porque esto último, y no otra cosa, es exactamente lo que muestra el cartel publicitario que me he encontrado esta mañana en un autobús de la EMT de Madrid. Y otros como este otro que vi en un centro comercial y que comenté hace tiempo.
Estoy seguro de que no aprobarían jamás un cartel así ninguna de las valientes mujeres que hace más de un siglo lucharon por hacer de este mundo un lugar más humano, digno y realmente igualitario.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios