Xi cierra su gira con optimismo ante el futuro de los lazos chino-americanos

  • Después de visitar cuatro países en menos de diez días y de reunirse con su homólogo estadounidense, Barack Obama, el presidente Xi Jinping está de vuelta en Pekín con optimistas pronósticos sobre los resultados de su intensiva ronda de contactos por el continente americano.

Paloma Almoguera

Pekín, 9 jun.- Después de visitar cuatro países en menos de diez días y de reunirse con su homólogo estadounidense, Barack Obama, el presidente Xi Jinping está de vuelta en Pekín con optimistas pronósticos sobre los resultados de su intensiva ronda de contactos por el continente americano.

Varias circunstancias parecen haber soplado a favor de Xi, quien aterrizó la noche del domingo en Pekín tras culminar su segunda gira al exterior como mandatario de la potencia asiática.

Acompañado de su popular esposa, la cantante folclórica Peng Liyuan, el líder llegó el jueves a la hacienda de Rancho Mirage (California) en plena polémica en EEUU por los registros telefónicos que sus agencias de inteligencia realizan a algunas compañías, cuya "legalidad" Washington defiende como herramienta antiterrorista.

Las críticas domésticas sirvieron de oportuno "colchón" a Xi, al restar cierta autoridad a EEUU a la hora de reprender a China por sus actividades de "ciberespionaje", después de una larga temporada de cruces de acusaciones al respecto.

La crisis norcoreana, otra "patata caliente" entre Pekín y Washington, también viró a favor de China cuando, tras meses de tensión y negociaciones diplomáticas, Pyongyang y Seúl anunciaron el viernes que retomaban la senda de la reconciliación.

El ánimo pacifista en la península coreana eliminó una fricción mayor entre los líderes y constató que cada vez comparten mayor interés en disuadir a Corea del Norte de sus planes nucleares, pese a ser China el principal aliado del hermético régimen comunista.

No faltaban, en cualquier caso, asuntos que pudieran ensombrecer el encuentro.

Entre ellos, el conflicto sirio, la crisis iraní, los litigios comerciales entre Pekín y Washington, los derechos humanos o las suspicacias que en China despierta la expansión militar de EEUU en la región Asia-Pacífico.

Precisamente esa circunstancia es la que hace que algunos expertos consideren que el Gobierno chino eligiera la zona de Centroamérica y el Caribe como eje de su viaje, donde Estados Unidos es la fuerza militar predominante.

"El mensaje es muy claro: aquí estoy yo", comentan a Efe fuentes diplomáticas que prefieren guardar el anonimato.

Trinidad y Tobago, su primera parada del tour, no fue sólo un viaje de Estado inédito de un presidente chino a un país caribeño. Xi aprovechó la visita para reunirse allí con varios líderes de naciones del Caribe anglófono (Antigua y Barbuda, Barbados, Bahamas, Dominica, Granada, Guayana, Surinam y Jamaica).

Si Costa Rica, la segunda parada del tour, fue una elección más "convencional" debido a la consolidada relación -Tratado de Libre Comercio (TLC) incluido- entre ambos, la "joya de la corona" para algunos analistas es su tercer destino: México.

Es la opinión de Francisco Nieto, profesor de la Universidad de Georgetown, quien considera que es el único lugar que "va a marcar el verdadero éxito o fracaso de la ruta".

"México (con quien China aspira a firmar otro TLC) es ya una economía de cierto nivel. Un mayor acercamiento supone poder colocar más productos en EEUU (primer socio del país norteamericano)", destaca a Efe el experto.

Además, Xi logró llevar allí a cabo una reunión con los miembros del CARICOM (Comunidad del Caribe), lo que podría apuntar hacia una cooperación "multilateral" con esa zona.

En total, el jefe de Estado chino firmó 24 acuerdos de cooperación con Trinidad y Tobago, Costa Rica y México, mientras Nicaragua anunció el pasado día 6 que daba a una empresa china una concesión de 100 años para la construcción de una alternativa al canal de Panamá.

Este proyecto reforzará la influencia de Pekín en el comercio entre el Pacífico y el Atlántico, una ruta naval que ahora está dominada por Estados Unidos.

Pese a la aparente expansión china en esa región, expertos como Yun Tso Lee, director del Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad del Desarrollo de Taiwán, aseguran que "Pekín no pretende eclipsar a Washington".

En esa línea, las dos principales economías mundiales han apostado por defender el encuentro entre Xi y Obama como una cita "informal" encaminada a buscar un "nuevo modelo de relaciones", lejos de avivar la idea de una lucha de titanes por la zona.

Por el momento, el espíritu de acercamiento entre las dos grandes potencias y los anunciados proyectos con Latinoamérica y el Caribe sugieren un cierto éxito diplomático de la gira de Xi, si bien los verdaderos resultados tan sólo se verán con el paso del tiempo.

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