El dispositivo incorpora la monitorización de constantes médicas y establece un ecosistema de servicios y soluciones para que las personas mayores sigan manteniendo su independencia y, al mismo tiempo, facilitar la coordinación con sus cuidadores y fomentar su inclusión social.
Para ello, el asistente incorpora la interacción por voz con el usuario, lo que permite a los ancianos comunicarse con el dispositivo o definir comandos. Asimismo, como uno de sus objetivos es la inclusión social, el mayordomo sugerirá eventos sociales acordes a cada usuario, considerando gustos, intereses y el entorno social.
Por otro lado, para mejorar la eficacia en la atención a los cuidados del anciano, permite el acceso a todos los datos monitorizados al personal médico. De la misma forma, el dispositivo incorpora juegos para mejorar las condiciones físicas y cognitivas con el fin de prevenir posibles deficiencias.
Empresas e instituciones contribuyen con este proyecto a crear una sociedad mejor, donde las personas mayores puedan vivir en sus propios hogares, con la posibilidad de actuar de forma independiente y participar activamente en la vida social, según explican a través de un comunicado.
En este proyecto, co-financiado por la Comisión Europea, ha participado la compañía Worldline Iberia junto con once socios de cinco países diferentes. Los resultados se han puesto a prueba en 2016 en Alemania, Francia y Holanda con usuarios reales, con el objetivo de allanar el camino hacia el mercado y facilitar la adopción por la sociedad.
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