¡Ahora la comida se imprime!

  • Una impresora 3D que saca del horno galletas y pasteles y una tostadora-impresora que sirve el desayuno para toda la familia. Dos ideas originales que se atreven con la comida y que podrían convertirse en objetos de culto o en auténticas revoluciones sociales.
Comida impresa
Comida impresa
lainformacion.com
Alessia Cisternino
Alessia Cisternino

El diseño se atreve con todo y ahora hasta con la comida. Othmar Muhlebach es ingeniero, ha trabajado durante toda su vida en la industria del mueble y hace 4 años ha decido ir hacia su verdadera pasión – el diseño – y volver a estudiar. Ahora Othmar, con 41 años, acaba de finalizar su carrera en diseño del producto y de abrir su propio estudio de diseño en Lucerna, Suiza.

El talento no le falta. Un día estuvo dándole vueltas a una cuestión aparentemente sin importancia, es decir los defectos de las tostadoras americanas, esas que hacen que las tostadas salten fuera y se asome de la máquina luciendo su tostadura. Listas para comer.

"Con esas tostadoras sólo puedes hacer dos tostadas a la vez, no sabes cómo va el proceso de tostadura, son difíciles de limpiar, voluminosas y por lo general no son particularmente bonitas. Mi tostadora es algo que se puede exhibir, tal y como se hace con la máquina del café" explica Othmar. "He dado muchas vueltas a los detalles que habrían podido hacer que esta máquina tuviera un sentido desde la perspectiva de quien va a utilizarla. Cuando estás profundamente comprometido con un tema, de pronto las ideas se te ocurren. Y de allí la analogía con la impresora en mi oficina".

Una buena idea que no tardó en explotar en todo el mundo como una burbuja, empujada por el tam-tam de los blogs de diseño. "Estaba totalmente asombrado por todos los comentarios de gente que me preguntaba dónde podía comprar la impresora. Así que me puse en contacto con alguna impresas que podrían producirla y hay esperanza de que el proyecto pueda seguir adelante. ¿Si puede ser el futuro de las tostadoras? No lo sé, pero por supuesto que tiene todos los papeles para convertirse en un objeto de diseño de culto"

La impresora de comida 3D llega de un laboratorio universitario de Estados Unidos, el Computational Synthesis Laboratory de la Cornell University dirigido por el doctor Jeffrey Ian Lipton. No hace falta mucha fantasía, ni mucha imaginación para entrever las enormes potencialidades de esta máquina para el mundo de la alta cocina tanto como para que el mundo de la alta entre en las casas del cocinilla de a pie.

"La idea de imprimir los alimentos es algo que surge con el lanzamiento de los primeros kits de impresoras 3D" afirma Jeffrey Lipton. "El primer experimento de impresión de comida del que me enteré fue llevado a cado por Dan Periard y un estudiante de secundaria. El estudiante de secundaria utilizó nuestra impresora para realizar chocolates en 3D y con esta idea ganó la feria de la ciencia de los institutos. De allí la idea empezó a crecer". Son esas cosas que pasan en Estados Unidos, Facebook no parece ser el único ejemplo.

"Nuestro objetivo es desarrollar las técnicas y tecnologías para poder producir de esta forma la comida" sigue Jeffrey Lipton. "La mayoría de los investigadores en el campo de la impresión 3D, y los entusiastas de la tecnología creen que un día todo el mundo tendrá una impresora 3D en su hogar, tal y como investigadores e inventores en la década de los 70 creían que todo el mundo iba a tener un ordenador".

"La única cosa que la gente realmente hace en sus casas en todo el mundo es comida. Todavía tenemos que cocinarnos varias comidas a lo largo de la semana y tenemos habitaciones enteras dispuestas para la preparación de los alimentos. Si pudiéramos hacer que la gente se pasara a la impresión de comida en 3D para mejorar lo que hacen en casa, con el tiempo la impresión 3D se trasladaría a otros usos en el hogar" concluye Jeffrey Lipton.

Algunos rasgos de esta idea dan un poco de miedo. Que incluso lo que cocinamos en nuestras casas acabe siendo igual a lo que hacen todos los demás, que nos quiten motivos para ir al restaurante de un gran cocinero y, sobre todo, que nos quiten el placer de decorar unas galletas no es, bajo ningún concepto, una buena noticia. Pero probablemente hace 30 o 40 años sonaba igual de escalofriante conocer al hombre o a la mujer de tu vida en Internet. Aunque, asegura, Jeffrey, las galletas en 3D en serie son deliciosas. "Son comida de verdad" exclama. No nos queda otra que esperar y ver lo que pasa.

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