César Ordóñez: fascinado por Tokio

  • Hasta el 26 de febrero la Galería Rita Castellote de Madrid acoge la exposición Tokio. Una selección de imágenes del fotógrafo barcelonés César Ordóñez en las que la capital nipona se fragmenta como en un juego de espejos. Dejándonos fascinados.
César Ordóñez
César Ordóñez
lainformacion.com
Alessia Cisternino
Alessia Cisternino

Nació en Barcelona pero desde hace más o menos 10 años Tokio es su ciudad de adopción, a la que visita cada año como si fuera una amante secreta. No durante demasiado tiempo, sólo un mes o como mucho dos, para mantener viva la pasión.

El hecho de que la del fotógrafo barcelonés César Ordóñez y la capital japonesa sea una historia de amor lo demuestran sus últimas exposiciones individuales que desde 1999 – año del encuentro "fatal" con Tokio – ofrecen centenares de puntos de vistas diferentes de una metrópolis que se escapa a cualquier definición y no porque no quiere, simplemente porque no puede: dejarse atrapar por una definición pararía su constante movimiento.

El 1999 fue el año de la muestra Japoneses en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona; el 2005 el de Nippon No Ashi en la Galería Calpe Fotos de Calpe, en Alicante; el 2008 el de la espléndida muestra Ashimoto, que recorrió tres galerías diferentes homenajeando las seductoras extremidades de las mujeres japonesas; el 2010 fue el año de Kagami en la Galeria H2O de Barcelona y finalmente Tokio, que se podrá visitar hasta el 26 de febrero en la Galería Rita Castellote de Madrid.

La muestra consta de fotografías de vario formato y de algunas breves piezas de vídeo que, una vez más, fragmentan la capital nipona como en un juego de espejos, revelando la fascinación absoluta de quien está detrás de la cámara y dejándonos totalmente fascinados.

Que sean rascacielos, rostros, ojos, pies, todo en estos disparos desprende un enorme poder de seducción, que no estamos acostumbrados a ver o que no queremos ver en una ciudad que oscila entre los férreos rituales, los cachivaches de última generación y alguna moda pasajera.

Tendemos a pensar que la sensualidad casi no existe fuera de los confines del Mediterráneo y sin embargo el trabajo de César Ordóñez ha descubierto y develado otro punto neurálgico del erotismo, que nos seduce cada vez que tenemos la ocasión de verlo, como en este caso, en una galería que se encuentra en el centro ideal del Mediterráneo. Una buena ocasión para romper algunos tabúes.

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