Con la salud sí se juega

Almudena Domenech

Madrid, 17 abr.- Hospitales, sociedades científicas, laboratorios farmacéuticos y asociaciones de pacientes están incorporando cada vez más la llamada gamificación en salud, juegos electrónicos también llamados "serios", para formar profesionales sanitarios y para educar, concienciar o rehabilitar pacientes.

El éxito de estos programas ha permitido la celebración, el próximo 28 de mayo, del I Congreso Nacional de Juegos de Salud, donde se pondrá de manifiesto que el juego resulta muy saludable.

"Tanto los juegos de salud para pacientes como para profesionales que están consiguiendo resultados coinciden en incorporar elementos formativos, retos, competición, premios y buena dosis de adicción", explica a Efe Carlos Mateos, director de la agencia COM Salud, organizadora del congreso junto con RedPacientes.

Un estudio publicado en el último número de la revista PLoS One ha demostrado que la gamificación ayuda a cambiar los hábitos dietéticos de los niños.

El ensayo se realizó con un videojuego destinado a educar a los menores sobre la importancia de tomar fruta y verdura. El resultado, en 13 días de intervención, fue que el consumo de fruta se incrementó un 66 % y el de las verduras un 44 %. Todo un éxito.

El abordaje de la diabetes en España a través de las nuevas tecnologías es un ejemplo paradigmático de cómo los juegos de salud pueden ayudar al tratamiento de una enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Diguan es un proyecto educativo y virtual dirigido a adolescentes con diabetes tipo 1. Su objetivo es "mejorar su formación, facilitar la educación terapéutica para mejorar la adherencia y concienciar sobre la diabetes para normalizarla entre la población", asegura a Efe Edelmiro Menéndez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED).

La SED es una de las sociedades que ha liderado el proyecto junto con la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP) y la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), con la colaboración de Sanofi.

El programa se compone de una página web, un canal Youtube, un videoblog y un videojuego para descargar en Android o iPhone o jugar a través del ordenador. Desde su creación a finales de 2013 se han jugado más de 11.800 partidas con una duración de más de 6 minutos.

Diguan es un muñeco virtual que tiene diabetes tipo 1, un adolescente con aficiones y errores acordes a su edad, que se relaciona con su entorno habitual de amigos y familiares, "lo que sirve para acercarse más a ellos y facilitar el aprendizaje de su enfermedad en situaciones de la vida cotidiana", comenta el doctor.

En el videojuego los usuarios tendrán que tomar decisiones sobre la medicación, la glucemia, la alimentación o el tratamiento, "además les ayudará a comprender la importancia de controlar la ingesta de determinados alimentos ricos en hidratos de carbono o dulces", señala el presidente de la SED.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad que aparece entorno a los 4 o 5 años y que afecta a alrededor de 20.000 adolescentes en toda España. "Los niños llegan a una etapa muy difícil como es la adolescencia con una enfermedad crónica con todo lo que ello conlleva, ya que tienen que aprender ellos a autogestionarla, pues antes lo hacían sus padres", explica Menéndez.

Este especialista cree "que las nuevas tecnologías y, más en concreto, los juegos serios, son una herramienta de educación sanitaria muy útil para involucrar tanto a los adolescentes como a todos los pacientes en general en el cuidado de su salud o de su enfermedad de una manera divertida y fácil".

Los juegos de salud también se están empleando para formar a los profesionales. En el caso de la diabetes, un estudio publicado en la revista JMIR Research Protocols comprobó que un vídeo juego llamado InsuOnline "puede ser una opción atractiva para la educación médica continua a gran escala".

El programa, que cuenta con el respaldo de la Sociedad de Diabetes Brasileña y la Asociación Americana de Diabetes, presenta situaciones en las que un médico de Atención Primaria debe enseñar a los pacientes a controlar su enfermedad, y ajustar el tratamiento de insulina adecuado. A medida que se resuelven los casos, éstos se vuelven más complejos.