Hace muchos años que sin comerlo ni beberlo, el Rey Felipe VI nos dio la pista del que luego ha sido uno de nuestros restaurantes favoritos en Madrid, Taberna Laredo (Mitulo por aquel entonces). Un comentario de quien le acompañaba y una negativa rotunda a darnos la dirección de ese local que acaba de descubrir, nos hizo indagar, hasta dar con él. En cambio, ahora es al revés. El Enfriador lo descubrimos en 2004, al poco de abrir el primer local en la Plaza de la República Dominicana. Entonces hablamos de él en un blog incipiente y el boca a boca hizo el resto.
Si Madrid tiene fama de que aquí se tiran las cañas como en ningún otro lado, en El Enfriador se sirven una de las mejores del foro. Sus aperitivos, las empanadas que servía por aquel entonces y sus magníficas tostas fueron sus inicios en una cocina muy sencilla, pero rica.
José, su dueño, ha sido o es Guardia Real. No sé si por esa relación el Rey ha sabido de la cocina de El Enfriador o por el boca a boca que funciona con llenos casi diarios. Una cosa, la otra o ambas es lo que ha movido a Felipe VI a celebrar su cumpleaños en esta cervecería de barrio en los límites de los bajos de Azca.
José ha sabido crecer (va por su tercer local) de forma controlada, consolidando cada nueva apertura con la introducción de platos que no requieren excesiva elaboración, pero con los que lograba un resultado sobresaliente. Tartares y tatakis, ensaladillas y ensaladas consistentes fueron la continuación.
La ensaladilla rusa a base de patata de temporada y mayonesa tocada con lascas de atún, resulta muy cremosa y rica. A las croquetas les puede faltar un poco más de muñeca a la masa para estar entre las mejores de Madrid. Excelente la ensalada de ventresca y tomate pata negra, pero más sorprendente aún la de berberechos por lo insospechado de su combinación. José se ha preocupado de conseguir el mejor atún y asegurarse una cadena de entrega casi inmediata desde que sale del barco, hasta su cocina.
Con este atún, un producto de primerísima categoría lo emplea en distintas elaboraciones en cada una de las cuales resalta su calidad. El tartar es magnífico y el tataki que se sirve con salsa chiplote, que le infiere un picante más en boca que el típico wasabi, más nasal; es excelente. Al mismo nivel preparan un carpaccio de atún con queso y trufa rayada que resulta un bocado delicado, de notable alto.
En definitiva una cervecería de barrio elevada a tasca ilustrada por una cocina muy bien elaborada a base de recetas sencillas, buen producto y preparaciones muy medidas... ¡Digna de una celebración de cumpleaños Real!
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