Escolar y Vigalondo generan un intenso debate sobre la situación del cine en Internet

  • El fin de semana de Navidad puede haber sido uno de los momentos más importantes de los últimos años en cuanto al debate sobre la distribución del cine por Internet. Un postde Ignacio Escolar en su blog y otro de Nacho Vigalondo han generado un intenso debate en Twitter que ha servido para enfocar el problema de la industria del cine en España tras el rechazo a la Ley Sinde.
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El vicepresidente y portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, reclamaba que los ciudadanos expresaran su postura sobre las descargas tras el bloqueo a la ley en el Congreso. Una afirmación que delata que Rubalcaba no se ha pasado por Twitter. Y no podrá volver a decir lo mismo después del fin de semana de Navidad con el intenso debate que se ha producido sobre esta cuestión.

En su blog, Nacho Escolar ha hecho un cálculo sobre cuánto dinero recauda Seriesyonkis, la web más popular de este tipo en España. Aunque él mismo reconoce que es una mera estimación que puede errar el tiro, cree que los ingresos mensuales deben estar en“cientos de miles de euros”. En una actualización posterior, añade que un antiguo responsable de la web asegura que cuando él estaba a cargo, los ingresos eran menores, aunque también admite que en ese momento ponían menos publicidad.

Ese cálculo fue completado por otro, que había sido publicado dos semanas antes por Eudald Domènech, según el cual Megaupload –el servicio más popular para el alojamiento de ficheros para descarga- ingresa 80 millones de euros anuales sólo de clientes españoles.

La posición de Escolar, muy crítico con la Ley Sinde pero denunciando a la vez los pingües beneficios de las webs de descargas, creó un agitado debate en Twitter, con la participación del propio bloguero. “Estoy en contra de la Ley Sinde, lo cual no significa defender la bondad de los que se lucran con las descargas”, decía en un tuit.“La solución entonces es cambiar la ley, no crear un atajo en el procedimiento del cierre. Y esto habría que hacerlo no como un parche más, sino en una reforma que incluya también canon y entidades de gestión”, reivindicaba.

El post de Escolar tenía su origen en otro de Nacho Vigalondo, publicado el día de Nochebuena en el blog que mantiene en Elpais.com. En él, el realizador defendía la necesidad de Internet para los creadores:él logró sacar Los cronocrímenes a la luz gracias al interés que habían suscitado en un festival de EEUU sus cortometrajes colgados en Internet; además, señala que la cinta ha tenido una buena vida comercial gracias a Netflix, un servicio de suscripción muy popular en EEUU.

Vigalondo defiende que“el cine tiene que replantearse de lleno, en vez de luchar por recuperar una relación con el consumidor que ha cambiado de forma irreversible”, un afirmación que le lleva a plantear multitud de preguntas relativas a la viabilidad del modelo. “Voy a responder todas estas preguntas con la misma respuesta. Cuidado, se trata de una sentencia a la que no estarás muy acostumbrado de un tiempo a esta parte, un pensamiento erradicado la práctica totalidad de blogs, foros y redes (…): No lo sé”.

Aunque sin causar tanto ruido, también ha participado en el debate Daniel Sánchez Arévalo. En lugar de hacer un post disertando sobre el problema, publicó una nota en su Facebook con un relato sobre su época de estudiante en EEUU. Su historia viene a sostener que el carácter español es proclive a la picaresca.

“Ese soy yo. Ya nací así. Lo llevo en la sangre. En los genes. Y haga lo que haga, crezca lo que crezca, me conciencie lo que me conciencie, me prohíban lo que me prohíban, me eduquen lo que me eduquen, siempre lo seguiré siendo, en mayor o menor grado. Y lo único que haré al respecto será tomarme un antiácido y listo, a seguir”, escribe.

Pero Sánchez Arévalo introduce un matiz con el que reivindica que no sólo los cineastas debe replantearse la cuestión:“Sólo puedo decir en mi defensa que por lo menos soy consciente de que lo que hago está mal, muy mal. Y que no me intento justificar, que lo asumo, desde luego no con orgullo, pero lo asumo”.

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