Gourmet on Wheels: comida metropolitana

  • Hay cruasanes para desayunar, bocadillos para el almuerzo e incluso comida étnica para calentar al instante. Desde hace un par de semanas en algunas estaciones del Metro de Madrid han aparecido unos carritos en los que la comida se sirve al estilo neoyorkino. Se acabó la era del “hoy no me da tiempo ni a comer”.
Alessia Cisternino

¿Cuántas veces nos ha pasado de tener jornadas tan intensas que no nos da tiempo ni a comer? ¿Y cuántas veces nos ha tocado comer un bocadillo con prisas en un vagón abarrotado del metro? Probablemente muchas.

Pero esto se acabó: en el mismísimo metro de Madrid desde hace un par de semanas han aparecido unos carritos repletos de bocadillos, focaccias, ensaladas, cruasanes e incluso platos algo exóticos como el arroz tres delicias o los tallarines con pollo. Listos para llevar o para comer calentitos sin salir del metro

La iniciativa de abrir estos puntos de comida rápida en las estaciones de Moncloa, Avenida de América, Nuevos Ministerios, Príncipe Pío y Gregorio Marañón se debe a la empresa Gourmet on Wheels (de allí el acrónimo Gow que aparece en los carritos), compañía especializada en acercar la restauración a los centros de trabajo y en lugares donde hay un flujo elevado de personas. Cada carrito está dotado de una nevera y de un horno microondas y por la noche se “guarda” en una especie de armario ubicado justo detrás.

"El modelo de Gow es innovador en España, aunque se inspira en los carritos de comida que hay en las calles de Nueva York” afirma Manuel López Braña, director general de Gourmet on Wheels.

“Estudiamos las necesidades de nuestros clientes: empleados de empresas que tienen un tiempo limitado para comer pero que a su vez no quieren renunciar a una alimentación sana, fresca y de calidad”.

Gow tiene un obrador propio donde se elaboran cada día los bollos, los sandwiches y los bocadillos, mientras para otros productos cuentan con el apoyo de proveedores que cocinan para Gourmet on Wheels.

“Nuestra oferta es amplia y variada” sigue Manuel “y siempre nos adaptamos al tipo de demanda que observamos en cada una de las empresas. Por ejemplo, en algunos centros de trabajo hay una mayor preferencia por ensaladas, verduras, etc., que en otros, y nosotros nos adecuamos en cada caso".

¿Y en el metro qué? Hay cruasanes de azúcar, de crema y de chocolate y, como no, café e infusiones; sandwiches de queso y nueces, de pollo y vegetal; ensalada césar y de escarola y tacos de jamón; pulga de atún con pimientos y chapata de lomo; judías verde y tarta de chocolate.

Es evidente que no estamos hablando de alta cocina y que en cualquier caso no se le puede aplicar el mismo criterio que se le aplicaría a un restaurante, pero está fuera de duda que en la jornada más estresante del mundo, en la que lo único que hacemos es salir y entrar de una estación del metro, una focaccia con salsa pesto, jamón y queso por ejemplo puede salvarnos la vida.

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