Juan José Padilla sale a hombros en Palencia tras cortar dos orejas

Palencia, 29 ago.- Juan José Padilla ha cortado dos orejas y salido de la plaza a hombros en la corrida de toros celebrada hoy en Palencia, segunda de la feria de San Antolín, festejo en el que "El Cid" e Iván Fandiño han cortado un apéndice cada uno.

FICHA DEL FESTEJO: Se han lidiado seis toros de Antonio Bañuelos, nobles pero sosos y bajos de raza. El mejor, el sexto.

Juan José Padilla, oreja y oreja.

Manuel Jesús "El Cid", ovación y oreja tras aviso.

Iván Fandiño, oreja y palmas.

La plaza tuvo un tercio de entrada en tarde soleada, fresca y ventosa

-----------

Padilla es recibido con mucho cariño en todas las plazas. Palencia no podía ser una excepción y se volcó con el diestro jerezano, al que le concedió una oreja del toro que saltó en primer lugar a la arena, por una faena tan entusiasta como carente de enjundia.

Con el segundo de su lote, al que había toreado muy bien a la verónica, le llevó a cabo una labor que tuvo vibración e intensidad, aunque el toro se agotó pronto. Tras la gran estocada que recetó a su enemigo, la oreja que recibió de los tendidos sirvió para que el matador abriese a la puesta grande.

El segundo toro de la tarde cogió a "El Cid" al tratar de enjaretarle el primer capotazo. Cogida aparatosa, que asustó a todos, aunque afortunadamente no tuvo consecuencias; pero el toro se hizo el dueño del redondel en el tercio de banderillas.

Luego "El Cid" se sobrepuso y toreó muy bien, pero el toro, que embistió con mucho son, duro muy poco. "El Cid" le hubiera cortado la oreja de no haber necesitado varios viajes para darle muerte.

Sí la cortó en el quinto, al que realizó una faena mu entonada, en la que corrió muy bien la mano y toreó como mucho temple.

Fandiño realizó a su primer enemigo una faena muy larga, en la que el diestro tuvo que hacerlo todo ante la sosería de su enemigo. La fulminante estocada puso en manos del diestro una oreja.

En el último de la tarde, el mejor y el que más ha humillado del festejo, Fandiño realizó una faena sin sosiego ni reposo, y necesitó varios viajes con la espada para darle muerte.