Pekín acoge oda artística a víctimas de Hiroshima exiliadas en Latinoamérica

  • Pese a las actuales tensiones entre China y Japón, un artista del archipiélago nipón Shinpei Takeda expone en Pekín una obra en la que reflexiona sobre las víctimas de Hiroshima y Nagasaki que se exiliaron en países de habla hispana.

Pekín, 30 sep.- Pese a las actuales tensiones entre China y Japón, un artista del archipiélago nipón Shinpei Takeda expone en Pekín una obra en la que reflexiona sobre las víctimas de Hiroshima y Nagasaki que se exiliaron en países de habla hispana.

Takeda, que desde hace siete años vive y trabaja en Tijuana (México), muestra desde este fin de semana en la galería TJ (regentada por tijuanenses que residen en Pekín) su séptima versión de "Decaimiento Alfa", un creativo intento de recordar a quienes huyeron de Japón a América tras sufrir los bombardeos.

La obra, una instalación artístico-arquitectónica con una poderosa fuerza visual y que rodea al espectador, es una reproducción, mediante la mano del artista, de las "vibraciones" que sintió Takeda en sus entrevistas con más de 70 supervivientes de los bombardeos, a los que visitó en viajes a Bolivia, Perú, Brasil, México, EEUU o Canadá.

"Busqué la memoria de esas personas que emigraron porque no querían recordar, y porque sufrían discriminación social en Japón tras los bombardeos", cuenta a Efe Takeda, quien asegura que algo similar pasa actualmente con los nativos de Fukushima tras el desastre nuclear de 2011: "Nadie quiere casarse con ellos", comenta tanto de las víctimas de 1945 como de las del pasado año.

"Con las entrevistas hice una película documental, que mostraré próximamente, pero también quería expresar de otra manera la emoción de esas historias", señaló con su peculiar español con acento de Baja California.

Takeda asegura que durante décadas Estados Unidos impuso una censura hacia los efectos de la bomba atómica en Japón que impidió recuperar la memoria de estas víctimas, incluidas las exiliadas en occidente.

La muestra ha viajado ya antes a Ciudad de México, varias ciudades japonesas, y ahora llega a Pekín en un momento delicado para que un artista nipón pruebe suerte en China, dada la ola de sentimiento antijaponés que se vive debido al conflicto por la soberanía de unas islas que Pekín y Tokio reclaman.

"En algunos carteles que colgué escribieron 'kill all the japs' (matar a todos los 'japos')", cuenta Takeda, quien en todo caso subraya que recuperar la memoria histórica le puede ir bien a China, un país que, "como Japón, ha sufrido muchos traumas en el pasado".

Takeda asegura que en su país el desastre de Hiroshima no mueve a los artistas, porque "allí el arte es comercial y no les gusta hablar de esas cosas, piensan que el arte no es para eso", pero que en Tijuana, donde la violencia y el dolor se viven a diario, encontró la inspiración para iniciar este "incómodo" viaje.

"Tijuana demuestra que todavía hay capacidad de sanar frente a la violencia", señaló el autor, quien teoriza que aquellos que callan sus dramas históricos personales corren el riesgo de que sus descendientes repitan esas desgracias.

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