Rebajas: mucho mirar, pero no tanto comprar

  • Las rebajas ya no son lo que eran, ni siquiera en afluencia de público. Es una de las frases más repetidas por los comerciantes hoy, pues los descuentos de invierno pueden llegar hasta el 70 % y aun así no ser suficientes para alcanzar niveles de consumo anteriores a la crisis en esta época del año.

Marina Valero

Madrid, 7 ene.- Las rebajas ya no son lo que eran, ni siquiera en afluencia de público. Es una de las frases más repetidas por los comerciantes hoy, pues los descuentos de invierno pueden llegar hasta el 70 % y aun así no ser suficientes para alcanzar niveles de consumo anteriores a la crisis en esta época del año.

Las rebajas se han generalizado hoy, sobre todo en los grandes almacenes y centros comerciales, aunque establecimientos pequeños y medianos ya iniciaron las ofertas días atrás, como en Madrid y Murcia.

"Llevo 27 años detrás de un mostrador y puedo asegurar que ya no se ve el ambiente que había antes", según comenta a Efe Azucena García, encargada de Fauna, una pequeña tienda de ropa en la calle de Preciados de Madrid.

Donde no hay, no se puede sacar, "ni aunque pusiéramos la ropa a un euro", añade resignada. Mucha gente, pero pocas bolsas de compras, sintetiza.

Los clientes son más exigentes en tiempo de rebajas porque piensan que tienen derecho a "chollos increíbles", según comentan Susana Rubio e Isabel Parra, dependientas de la tienda de ropa femenina Símbolo.

Además, pasada la "fiebre" compradora de los primeros días, las ventas se estancan después, aseguran, aunque se mantenga cierta afluencia de público.

En una zapatería de la zona, un dependiente confirma que se nota la crisis porque son muchos los clientes potenciales que pasan al establecimiento, pero a la hora de pagar "se cortan".

No obstante, la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI) prevé un gasto medio de 84 euros por persona estas rebajas, un 5 % respecto más que el año anterior.

En Cataluña el pequeño comercio confía en un cambio de tendencia a la vista de la campaña de Navidad, mientras que pueden ser también las rebajas menos tristes del País Vasco en las últimas temporadas, gracias al repunte del consumo en noviembre y diciembre.

Pero no lo ven así los comerciantes de Castilla-La Mancha, donde las ventas navideñas no han alcanzado las previsiones.

Rafael Cortés, jefe de planta de caballeros de El Corte Inglés de Preciados, ha precisado a Efe que se espera vender "por lo menos igual o un poquito más" que el año pasado porque se nota que la gente está "más alegre a la hora de comprar".

Pero la escena, real o a veces imaginada, de dos clientes peleando por una misma prenda ha pasado a la historia.

"Antes había muchísimo jaleo, pero ya no", dice Lola Tirador, dependienta de la planta de señoras.

A las puertas de este establecimiento se concentraban hoy unas cien personas minutos antes de la apertura. Entre ellas, Ana Lucía ha preferido ir a primera hora porque no soporta el "agobio" del mediodía o la tarde.

Fernando, otro cliente, ya "fichó" un par de prendas para sus hijos el mes pasado y se ha puesto de acuerdo con su mujer, que hacía guardia a las puertas de otro centro comercial, para localizar la talla adecuada al mejor precio.

"En los tiempos que corren, merece la pena todo lo que sea ahorrarte una peseta", justifica.

Bien lo sabe Carmen, que aprovecha la jornada inicial de rebajas para devolver una chaqueta que hoy ha visto un 20 % más barata.

Maricarmen y su hija Cristina lo tienen claro: no piensan "volverse locas" si no encuentran lo que buscan.

En las rebajas hay que tener cuidado con el "comprar por comprar" cegados por descuentos deslumbrantes y gastar sólo en lo necesario y a un precio adecuado, según aconsejan las organizaciones de consumidores.

Lola y Pina se quejan de que los comercios sacan a la venta productos de peor calidad en estas fechas y denuncian cierto engaño: "Como deben de vender poco, te hacen creer que algunos productos ahora están mitad de precio cuando ya los habían rebajado al 50 % semanas antes".

El Instituto Nacional de Consumo, dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, recomienda asegurarse de que el etiquetado siempre señale el precio anterior al descuento.

Como dependienta de una tienda de Carolina Herrera, Susana critica el "problema de educación" de algunos clientes, que maltratan los productos rebajados, pues acaban en el suelo e incluso pisoteados.

También comenta que la mayor parte de la venta se realiza a extranjeros cuando se trata de productos de marca, entre otros motivos porque el precio es más bajo que en los países de origen.

Laura y Lucía, dos estudiantes universitarias, critican también el comportamiento de ciertos clientes: "La gente va a su bola. Si se les pone una falda entre ceja y ceja van a por ella aunque tú estés en medio".

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