Regulación legal y esperanza empresarial protagonizan el foro Cultura en Red

  • Mateo Sancho Cardiel.

Mateo Sancho Cardiel.

Madrid, 12 mar.- Bajo el título de "Cultura en red. Motor de oportunidades", la industria cultural ha reunido a todos sus frentes en un foro en Madrid en el que se ha enfatizado la necesidad de una Ley de Propiedad Intelectual más eficaz y, por fin, se ha hablado de éxito y esperanza con el nuevo modelo de negocio.

"Necesitamos un marco jurídico confortable y asegurador", protestaba Luis Enríquez, consejero delegado de Vocento, mientras que desde El Mundo, la directora general Eva Fernández, auguraba "una nueva edad de oro para el periodismo que pasa por los contenidos editoriales de pago".

Productores, distribuidores, exhibidores, editores, políticos, compañías telefónicas, buscadores de internet, plataformas de ocio "on line" y hasta el embajador de Estados Unidos se han reunido en este foro organizado por Grupo Planeta, Bertelsmann y NBC Universal, en el que se han expuesto todas las posturas entre lo conservador y lo visionario.

"Ahora mismo, los sistemas más eficientes son los piratas", reconocía el director de vídeo y contenidos de Telefónica Digital, Luis Velo, quien ha añadido que "un hijo que no se baja películas es un marginado social", por lo que ha pedido un marco de regulación y de educación que consiga "acabar con la demagogia de que quien piratea está haciendo algo bueno".

Con esa palabra demonizada, "piratería", y con la búsqueda del modelo de negocio que pueda competir con el "todo gratis" que se ha normalizado en estos años de vacío legal, la industria cultural buscaba hoy soluciones a una situación que, según el informe "Europa digital: diversidad y oportunidades", presentado hoy, sitúa a España como el país de la Unión Europea que más empleo cultural destruye.

Legislación, formación y oferta han sido los tres ejes sobre los que ha girado la conversación. "El legislador tiene que ser proactivo y no reactivo", ha dicho Luis Elías, secretario general del Grupo Planeta.

Fernando Carro, presidente y consejero delegado de Bertelsmann España, hablaba de que a las grandes empresas de ocio y cultura no les queda otro remedio que "canibalizar su propio negocio tradicional, si no quieren que se lo canibalicen otros".

Y el embajador de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, llamaba al optimismo, a la democratización de la cultura que ofrecen las nuevas tecnologías y a los ejemplos de los fenómenos de masas, desde la profesora británica Susan Boyle al rapero coreano Psy pasando por el fenómeno viral del "Harlem Shake".

Solomont ha restado peso a los Gobiernos en la cuestión, asumiendo que tienen que fijar "normas que lo conviertan en un juego limpio" entre unos participantes que "cambian constantemente", pero considerando que "ha de ser un papel secundario, ya que los gobernantes no son ni creadores ni proveedores ni consumidores".

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) compartían esta visión, y su director de asuntos públicos y de competencia, David Ortega, advertía de que tenían que ofrecer a los consumidores "una zanahoria lo más naranja, apetecible y barata posible" y no un palo que "puede ser contraproducente".

Y desde el flanco político, se ha dicho que "la creatividad es un tipo de innovación", según María Teresa Lizaranzu, directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, quien ha recordado que el creador es "el inicio de una escala de valor" y sin él no hay industria ni negocio.

A partir de ahí, el discurso ha cambiado hacia los beneficiados por el paso de lo analógico a lo digital. "No solo ha sido culpa del Gobierno. Creo que esto es culpa del propio sector, que ha sido su peor enemigo y ha tenido un discurso victimista. Se ha centrado en la piratería y no en las potencialidades de la nueva situación", decía Francisco Ruiz, de Google.

Y, al final, han llegado, bajo el nombre de la conferencia "Negocios de contenidos en la red: éxitos presentes y oportunidades de futuro", la visión de empresas como los portales de cine "on line" Filmin, Filmotech o Wuaki.tv; de plataformas editoriales en la red, como 24symbols y Booquo (del Círculo de Lectores), el portal de música Deezer o la iniciativa periodística Orbyt.

"Hay un potencial brutal de mercado sin explotar", ha dicho triunfal el director general de Deezer, Leo Nascimiento.

Y Juan Carlos Tous, fundador de Filmin, ha concluido: "Falta coraje y valentía por parte de la industria. Existe un nuevo espectador que quiere una oferta ágil, que no quiere esperar tres meses desde que quitan una película de los cines hasta que puede recuperarla en otros formatos. Podemos ofrecer un valor añadido", ha concluido.

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