Tras la relativa tempestad de novedades que ha supuesto el Tokyo Game Show 2011, nos encontramos ahora en la “jornada de reflexión”. ¿Qué ha supuesto todo esto para el mercado? ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Qué ha pasado con Microsoft, Xbox 360 y Kinect? ¿Y con plataformas de futuro como OnLive?Desde hace relativamente poco se viene hablando mucho del cloud-computing, de la nube y de que tarde o temprano todos dejaremos de ejecutar programas en un ámbito local –en nuestro equipo- para pasar a usarlo a través de Inernet. Google ya ofrece hojas de cálculo y procesadores de texto vía web sin necesidad de tener instalado ningún paquete de ofimática. También existen numerosas páginas donde hacer retoques fotográficos al estilo Photoshop sin necesitar más que un navegador. Incluso Chrome OS, también de Google, ofrece un sistema operativo completamente instalado en la Nube. ¿Podrían ir los videojuegos por ese camino? ¿Se podrá jugar sin necesitar una videoconsola?Los creadores de OnLive así lo creen, y están apostando por ello. Se trata, para quien no lo conozca aún, de una plataforma mediante la cual se podrá acceder a un enorme catálogo de títulos y jugarlos directamente desde el televisor o el monitor, sin depender de tener tal o cual consola en nuestra casa. Funciona con una pequeña “microconsola” que hace las veces de receptor y emisor a través de Internet, la cual conectará con los servidores de OnLive y nos ofrecerá en tiempo real las mejores partidas incluso en alta definición sin tener que disponer de nada más.Todo el proceso de descodificación, renderizado y streaming se encargarán de hacerlo los servidores, que al parecer serán miles y vendrán equipados con los mejores componentes. Con un pago al mes, accedemos a cualquier juego disponible en su repertorio, normalmente actualizado con las novedades más interesantes. Suena muy apetecible, ¿no?En Estados Unidos lleva tiempo funcionando y, por ahora, está cosechando grandes críticas y comentarios de los usuarios, que parecen muy satisfechos con la calidad del servicio y el catálogo que ofrece. Cuando se lance oficialmente en determinados territorios clave en la industria veremos su calado social. Por ahora, los precedentes estadounidenses son muy alentadores.A este lado del charco las opiniones son algo más dispares, debido especialmente a que en España contamos con conexiones a Internet casi tercermundistas en la mayoría de los casos (y que se cobran a precio de primera calidad) y, debido a ello, el streaming que ofrece OnLive llega con una calidad medianamente pobre o, directamente, no llega.Me ha sorprendido que, con las conexiones verdaderamente altas que existen en Japón, no se haya dado una difusión tan grande como a este lado del planeta. Apuesto a que no tardarán en darle la relevancia que merece. Yo al menos creo que el futuro, que cada vez es más presente, pasa por este modelo de negocio. Pero, para ello, deberemos confiar en que las compañías proveedoras de acceso a Internet se pongan al día y ofrezcan un producto acorde a las demandas reales de los usuarios.
Txema Marín
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