Una de cada 11 viviendas en destinos turísticos está dedicada al alquiler irregular


Una de cada 11 viviendas en los principales destinos turísticos de España se dedica al alquiler irregular, según un estudio de Exceltur que señala que estos arrendamientos, al no abonar el IVA, impiden al Estado recaudar 367 millones de euros anuales.
Exceltur encargó a EY España un informe sobre la situación del alquiler turístico en el país para poner a disposición de los agentes políticos, sociales y económicos una información cuantitativa y fidedigna sobre los impactos transversales que genera la oferta de esta modalidad de alojamiento que adquirió fuerza a partir de 2011.
Los datos se basan en el análisis de 120.247 viajes turísticos contratados a través de plataformas digitales, según señaló el vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda, en rueda de prensa: en Airbnb el 27%; Homeaway el 24%; Niumba, 14%; Wimdu, 12%; Housetrip 8%; Rentalia 6%; BeMate 5%; Vacaciones-España, 3%; y Only-Apartments, 1%.
En total, el documento afirma que en España existen 2,7 millones de plazas no regladas en viviendas de alquiler turístico, cifra que supera las 2,4 millones de plazas regladas. En las 10 plataformas 'online' citadas anteriormente existen un total de 278.769 propiedades con un total de 1.062.109 plazas.
El 73% de las plazas en alojamientos turísticos no regladas en viviendas de alquiler se concentra en las zonas más turísticas de las ciudades, en contraposición a la oferta reglada que alcanza el 42% en las zonas más atractivas.
La ciudad de Barcelona es la que más plazas en alojamientos no reglados concentra en su centro histórico con el 91%, frente al 71% de la oferta reglada en esa zona. En segundo lugar se ubica Madrid, con un 81% de la oferta total no reglada en el caso histórico.
El informe calcula que si estos arrendamientos abonaran el IVA, el Estado recaudaría cerca cerca de 367 millones de euros anuales. Además, apunta que los viajes asociados a la oferta de viviendas de alquiler no reglado generan un valor añadido muy inferior al de la oferta reglada. El turista gasta 20,3 euros menos en alojamiento y 16,7 euros menos en compras, lo que genera un efecto arrastre de 31,2 euros menos.
Según el estudio, los vecinos de los alojamientos turísticos se ven afectados por un cúmulo de incomodidades como aumentos de los niveles de ruido; suciedad en la zona; pérdida de la seguridad por la puesta a disposición de las llaves de la puerta de entrada y la tendencia a la desvalorización de los elementos de identidad de la vida de barrio.

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