"Violet" de Luiso Berdejo: amor, "polaroids" y otras utopías sobrenaturales

  • Magdalena Tsanis.

Magdalena Tsanis.

San Sebastián, 26 sep.- Enamorarse de una chica simplemente viendo una imagen suya en una "polaroid" y dejarlo todo para ir a buscarla, sin una sola pista sobre su vida o su paradero, es lo que hace Alex, el protagonista de "Violet", segundo largometraje del donostiarra Luiso Berdejo.

"No me resulta raro que eso pueda pasar", afirma a Efe el director y guionista, que hoy presenta en Zabaltegui lo que ha calificado como un "drama sentimental sobrenatural", rodado en Santa Mónica, donde vive, y protagonizado por Leticia Dolera, Junio Valverde, Carlos Bardem y Ricardo Darín.

"Para mí, lo sobrenatural es tan normal como la ensaladilla rusa", asegura el coguionista de la saga "REC", y de otras películas como "Tres60" e "Insensibles".

"Violet", una pequeña producción independiente que ha financiado él mismo, junto a Tatti Films y Kowalski Films, es su segundo trabajo detrás de las cámaras, después de debutar en Hollywood en 2009 con "La otra hija", de la mano de Kevin Costner e Ivana Baquero.

"Guillermo del Toro, al que admiro profundamente, hace tiempo que me dijo, 'haz una cosa diferente en cada sitio, para que nadie sienta que le necesitas'", explica, dispuesto a poner en práctica la lección, porque nada le gusta más que aprender algo nuevo cada vez.

"Entendía que para mi aprendizaje, volver a tener control sobre un proyecto era más interesante (...), tenía ganas de poder fallar en todo y saber que la culpa era mía, o acertar en algo y saber que era mío, pero volver al espíritu cortometrajístico de ser dueño de todo", ha señalado.

El protagonista de "Violet" es un chico español que vive en Santa Mónica, al igual que el propio Berdejo, quien lleva seis años viviendo en esa ciudad californiana, sin dejar de trabajar como guionista para la industria española.

"Es requetepersonal todo, la verdad es que sí. No sé quien decía que, cuanto más personal es algo, más llega, porque es más honesto. Y otra cosa no sé, pero honesta sí que es" la película, asegura.

La fuerza de la voluntad, la confianza en uno mismo y la idea de que primero se encuentra y después se busca son los dos temas sobre los que gira el argumento, lo que también tiene bastante de personal.

Sobre todo lo primero, teniendo en cuenta que Berdejo se pasó seis años intentando hacer una película en España, antes de emigrar y encontrar trabajo en Hollywood en tres meses.

El caso es que, al final, la búsqueda y la persecución de utopías suelen llevar a otras cosas, como descubrir "el gozo del viaje hacia uno mismo", apunta, y también de eso va "Violet".

Para añadirle romanticismo, la película está rodada a la vieja usanza: en Súper-16mm, con algo de 35mm y de Super-8.

"Me gusta mucho el fotoquímico, los procesos físicos y palpables, y me gusta saber que el movimiento no se rueda, sino que se ilustra con fotos que generan movimiento; prefiero 24 fotos por segundo que lo digital, que me deprime mucho y carece de credibilidad", explica.

También era una cuestión estética: "Quería un 'look amateur', estilo película casera de los 60 americana, torpe por momentos", lo que explica los instantes en los que se aprecia más el grano o la subexposición de la cinta.

Dice Berdejo, ante la pregunta de si mejor dirigir que escribir para otros, que él, principalmente, es guionista. "Vivo de lo que escribo y, cuando siento la llamada de la selva, dirijo", señala.

"No quiero dirigir para vivir, sino dirigir para vivir", añade, y hacer una película supone una gran "intensidad emocional", un desgaste del que se recupera escribiendo.

Sus proyectos actuales son una prueba de que en el cine cada vez hay menos fronteras: la adaptación de un cómic en Estados Unidos, un guión en España y varios en Latinoamérica.

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