La CNMV ha suspendido la cotización de Iberdrola y Renovables ante los rumores de que la eléctrica podría absorber a su filial, que acumula una caída de casi el 50% desde que se estrenó en el parqué en diciembre de 2007.
Con este movimiento, la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán podría intentar frenar a ACS, primer accionista de Iberdrola, con un 20% del capital.
La constructora presidida por Florentino Pérez ya ha anunciado su intención de llegar hasta el 30% de la eléctrica, límite a partir del cual es obligatorio lanzar una opa.
Justo antes de ser suspendidas de cotización, Iberdrola se revalorizaba un 0,369%, hasta 5,99 euros; y su filial, un 1,07%, hasta 2,736 euros.
A pesar de esta subida, el precio de cotización de la filial está muy lejos de los 5,3 euros por títulos a los que salió a cotizar en diciembre de 2007.
En concreto, el valor actual es un 48,4% inferior al de su salida a bolsa, lo que convertiría la absorción de la empresa, en un jugoso negocio para Iberdrola, pero en una nefasta operación para los minoritarios.
A la espera de que se confirmen los rumores, y se concretara la ecuación de canje, este movimiento sería un auténtico escarnio para los inversores que acudieron a la OPV de Renovables con la expectativa de participar en el mayor grupo español de energías renovables.
Ya cuando llevó salió a bolsa, el consenso de analistas advirtió sobre el elevado precio que estaba pidiendo Iberdrola por su filial. Y el tiempo ha terminado dándoles la razón.
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