¿Cómo tributa Netflix en España? Opera en Europa vía sociedades en Holanda

  • La propia compañía reconoce que "no tiene oficinas en España porque opera desde su sede central en Holanda, donde se recaudan impuestos como el IVA"

    Eso sí, la firma advierte que esos ingresos son posteriormente "distribuidos a las autoridades financieras españolas correspondientes". Nada sobre Sociedades.

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Netflix, que compite con Telefónica, tributa a través de una sociedad en Holanda
Netflix, que compite con Telefónica, tributa a través de una sociedad en Holanda
S.C.

'Narcos', 'Las chicas del Cable', 'House of Cards'... Son solo algunas de las series por las que probablemente decidieras suscribirte a Netflix, el servicio de alquiler de películas y series online que ha revolucionado la industria del entretenimiento. Eso sí, la cuota que se paga mensualmente se remite a una compañía que no tiene sede en España, sino en Holanda. En concreto, va directamente a Netflix International B.V., una compañía radicada en Ámsterdam.

La propia compañía reconoce a lainformacion.com que "no tiene oficinas en España porque opera desde su sede central en Holanda, donde se recaudan impuestos como el IVA, que posteriormente son distribuidos a las autoridades financieras españolas correspondientes". En todo caso, nada sobre el Impuesto de Sociedades.

¿Por qué Holanda? “Hay empresas que eligen Holanda y centralizan sus operaciones para toda Europa porque tiene ventajas fiscales. Como podían haber elegido Irlanda para que su tributación sea menor”, explica Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales de España (REAF-REGAF) del Consejo General de Economistas (CGE), de forma genérica y sin aludir a ninguna empresa concreta.

El hecho de que operen desde estos países y no desde el territorio donde consumen sus clientes tiene que ver con la estrategia básica de buscar siempre la optimización de sus actividades. Es una práctica legal, por supuesto, pero, como consecuencia, es imposible conocer los datos fiscales de Netflix en España. 

El caso de Netflix no es, ni mucho menos, el único. Según la revista Fortune, el 40% de las 550 mayores empresas de EEUU, 245 multinacionales japonesas y 2.485 europeas tienen su sede en Países Bajos. Aunque no es considerado como un centro financiero offshore, ya que las empresas hacen frente a impuestos societarios altos -un 25%-, "ofrece condiciones beneficiosas, sobre todo en lo relativo a convenios de doble imposición de inversión". Según un un documento del ICEX sobre el sistema fiscal en Países Bajos. "utilizar sociedades holandesas en la estructuración de transacciones financieras internacionales, especialmente para sociedades holding, (...) reduce al mínimo la tributación de las plusvalías y de los dividendos que obtengan de sus filiales en otros países".

Prácticas de esta índole evidencian que el sistema tributario internacional es anacrónico y no está al servicio de la economía del siglo XXI. Es por ello que, desde 2015, la OCDE impulsa El Proyecto OCDE/G20 de lucha contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS por sus siglas en Inglés) para dotar a los distintos Estados de soluciones para limitar los “vacíos normativos” existentes a nivel internacional que permiten que los beneficios de las empresas “desaparezcan” o sean trasladados artificialmente hacia jurisdicciones de baja o nula tributación, en las que se desarrolla una escasa o inexistente actividad económica.Debate internacional

La manera de operar de Netflix genera controversia mundial, al punto de que ya existe lo que se conoce como “impuesto Netflix”, una medida tributaria para que estos servicios digitales compensen sus ventajas fiscales de alguna manera. Incluso el Parlamento Europeo aprobó un documento consensuado para reformar la Directiva de Servicios de Comunicación Audiovisual, que establece una cuota del 30% de producciones europeas en los catálogos de proveedores de vídeo bajo demanda. Mientras en EEUU varios estados cobran el "Netflix tax", que es un canon que varía entre el 6 y 9% adicional para quienes están suscritos a este servicio.

Es por ello que no extraña que en el informe anual, correspondiente al ejercicio de 2016, la compañía dedique un apartado a los riesgos económicos y regulatorios de sus operaciones internacionales donde advierte de la incertidumbre respecto "a los cambios en las leyes tributarias o sus interpretaciones".

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