"Vamos a mataros a todos", lo que escucharon los estudiantes de Iguala antes de morir

  • Un nuevo informe desvela que fueron llevados en vehículos policiales antes de desaparecer para siempre.

    Acusan al Gobierno de impedir la investigación y señalan que sicarios y acusados podrían haber sido torturados para dar la versión oficial.

"Vamos a mataros a todos", la demoledora frase contra los estudiantes de Iguala que reconocen los testigos
"Vamos a mataros a todos", la demoledora frase contra los estudiantes de Iguala que reconocen los testigos
M.T.

"Vamos a mataros a todos". Es la frase que escucharon los estudiantes desaparecidos en Iguala pocos minutos antes de desaparecer. Lo desvela el NYT, en lo que es uno de los casos que ha provocado más indignación en México

Según los últimos acontecimientos desvelados, policías municipales rodearon el autobús, detonaron gas lacrimógeno, pincharon los neumáticos y obligaron a los universitarios a bajar del autobús. Después de eso, funcionarios de inteligencia militar y agentes de policía estatales estaban en las inmediaciones. Los estudiantes, según los testigos, desaparecieron en vehículos policiales. No se les ha vuelto a ver.

Pese a la aparente evasivas por el gobierno mexicano en los últimos meses, dos informes del Grupo Especial sobre el caso dejan en mal lugar a las fuerzas de seguridad. 

Los informes describen una noche de confusión y terror para los estudiantes y residentes de la ciudad de Iguala, en Guerrero, uno de los estados más pobres y violentos de México.

Las autoridades ya han relacionado a la policía de Iguala con una banda de narcotraficantes.

"Todos estaban felices, relajados y felices" antes de la tragedia desvelan los testigos y así lo detallan los informes elaborados hasta ahora. 

En su segundo y último informe divulgado el domingo, el grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) consideró que ha habido falta de voluntad para investigar la posible responsabilidad de altos funcionarios y de miembros del ejército en la tragedia, además de un intento del gobierno de sostener la tesis de que los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron quemados en un basurero, a pesar de que este punto ha sido cuestionado desde hace meses por peritos independientes.

Los investigadores van más allá y señalan la evidencia de torturas contra los acusados clave para sostener la versión oficial de los hechos y denuncian que sus labores fueron obstaculizadas por las autoridades.

En respuesta, la Procuraduría General de la República (PGR) aseguró que en todo momento le dio facilidades y "acceso pleno a la información" al grupo de expertos y aseguró que investiga la presunta tortura de 31 de los acusados que lo han denunciado.

Pero los informes desvelan que sicarios y acusados pudieron sufrir torturas a lo largo de la investigación: "A partir del análisis de reportes médicos hechos por distintas autoridades mexicanas a los arrestados, el informe señala que los 17 mostraron nuevas lesiones durante el periodo de detención, lo cual muestra "indicios suficientes de que los detenidos podrían haber sufrido tratos crueles, inhumanos o degradantes o tortura", lo cual podría afectar la investigación", según desvelan diarios mexicanos.

Los estudiantes desaparecieron la noche del 26 de septiembre de 2014 tras ser atacados y detenidos por policías municipales y presuntos sicarios en la ciudad de Iguala, al sur de México. Escasos cuatro meses después y tras la captura de varios sospechosos, las autoridades dijeron que habían dado con "la verdad histórica": que los agentes entregaron a los jóvenes a miembros del cártel de los Guerreros Unidos, quienes los mataron, calcinaron en un basurero y los lanzaron en bolsas a un río cercano.

Amnistía Internacional calificó de "demoledor" el informe de los expertos y consideró que refleja que "la determinación absoluta del gobierno mexicano de esconder la tragedia de Ayotzinapa debajo de la alfombra parece no tener límites.La determinación absoluta del gobierno mexicano de esconder la tragedia de Ayotzinapa debajo de la alfombra parece no tener límites,” dijo Erika Guevara-Rosas, Directora para las Américas de Amnistía Internacional.“Al negarse a dar seguimiento a todas las posibles líneas de investigación, manipular evidencia, no proteger ni apoyar a las familias de los estudiantes, negar la extensión del mandato del GIEI, las autoridades Mexicanas están enviando el peligroso mensaje que cualquiera puede desaparecer en México sin que se haga nada al respecto", señala AI.“La respuesta oficial a la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la ejecución extrajudicial de tres personas es la trágica ilustración de la actitud que tiene Enrique Peña Nieto frente a los derechos humanos: Esconder o ignorar los hechos y esperar que las acusaciones simplemente se esfumen. Esto no es solo ilegal pero inmoral y es una cachetada en la cara de los familiares que, tras casi dos años, continúan esperando respuestas", sentencia AI.

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