Al Qaeda no es Yemen... ¿o sí?

  • Yemen es el origen de los últimos paquetes bomba encontrados en aviones de mensajería con destino a Estados Unidos y con escala en Europa en un caso. La presencia de Al Qaeda en el país más pobre de Oriente Medio es un hecho, ¿pero hasta qué punto?
Iona Craig y Tom Finn, Saná (Yemen) | GlobalPost

En el corazón del casco antiguo de Saná (la capital de Yemen), Hussein, un hombre de mediana edad, señala hacia un viejo aparato de televisión y dice que "eso no es Yemen".Las noticias en la pantalla muestran imágenes de aviones de carga mezcladas con vídeos de bombas caseras. "Al Qaeda no es Yemen. Esto es Yemen", afirma con una amplia sonrisa, extendiendo los brazos en gesto de bienvenida.

Hussein no es el único que se muestra escéptico sobre el arraigo en Yemen de Al Qaeda en la Península Arábiga, la rama local de la organización terrorista. Las dudas, de hecho, alcanzan a todas las capas de la sociedad yemení, pese a las pruebas de que el último plan de atentados con bombas en los aviones de carga dirigidos a EEUU se originó en ese país, al igual que el fallido ataque a un avión comercial la pasada Navidad.

"Esto tiene más que ver con las elecciones en EEUU que con Yemen", afirma Abdullah al-Faqih, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Saná.

En respuesta a esta nueva amenaza terrorista, el presidente de EEUU Barack Obama ha comprometido más ayuda militar y económica para que Yemen pueda frenar la creciente presencia en su territorio de Al Qaeda en la Península Arábiga. También ha pedido al Gobierno de Yemen que fortalezca sus dispositivos de seguridad.

Las autoridades se han comprometido a mejorar la seguridad en los aeropuertos de Yemen, incluyendo la revisión manual de la carga de los aviones. Al parecer, Al Qaeda también está reaccionando a la nueva notoriedad que ha conseguido con los paquetes bomba de UPS. El pasado jueves un coche bomba explotó en un mercado cerca del cuartel general de las fuerzas de seguridad en Daleh, una ciudad al sur de Yemen, matando al menos a dos personas e hiriendo a otras 15.

"Los testigos me dijeron que vieron a un policía aparcar su choche y meterse dentro de un comercio. Minutos después el coche explotó", afirma el periodista local Abdul Rahman.

El ataque tenía todas las marcas de Al Qaeda. Unos días antes, guerrilleros islamistas habían volado un gasoducto en la provincia de Shabwa propiedad de una empresa coreana.

El visible aumento de la seguridad en Saná, asusta y también irrita a sus ciudadanos. "Cuando Yemen sale en las noticias eso significa más controles de seguridad y policías en la calle, lo que significa menos clientes para mí", se queja un taxista.

La Policía detuvo y después liberó a una joven de 22 años en relación a las bombas de los aviones de carga, que fueron enviados a través de las compañías de mensajería UPS y FedEx desde Saná. Hanan Al-Samawi, una estudiante de quinto curso de Ingeniería en la Universidad de Saná, estaba escuchando música cuando los agentes irrumpieron en su casa. Las autoridades la detuvieron tras seguir la pista del número de teléfono dado por los terroristas a las compañías de mensajería que transportaron las bombas. No obstante, se cree que Hanan había sido víctima de un robo de identidad.Tras este incidente, los yemeníes no se despistan y tienen bien guardados sus documentos de identidad.

Los analistas, mientras tanto, temen que el aumento de las medidas de seguridad, y especialmente la mayor implicación de EEUU en los asuntos del país, podrían servir tan sólo para aumentar la decisión de Al Qaeda de seguir en Yemen y ayudarle a reclutar más seguidores.

Parte del interés en Yemen de los militantes de Al Qaeda se debe a su débil gobierno central, fuerte cultura tribal y economía tambaleante (es el país más pobre de Oriente Medio), lo que aporta a la organización un amplio campo para reclutar a seguidores entre los jóvenes marginales.

La prohibición a la entrada de aviones de carga procedentes de Yemen por parte de varios países europeos y EEUU perjudicará a muchas exportaciones, de las que depende la frágil economía del país, lo que contribuirá a aumentar el problema, dicen los analistas.

"El principal problema de prohibir las exportaciones de Yemen es que se perderán las nuevas inversiones por las que el país ha estado luchando", afirma Mohammed Al-Maitami, un analista del Sheba Center for Strategic Studies en Saná. "Yemen ha estado trabajando para mejorar su reputación, para lograr mayor atención de los inversores y mejorar su crecimiento económico, así que estas medidas ciertamente perjudicarán a nuestro país".

Pese a las consecuencias del aumento de la seguridad, la vida en Saná, una ciudad situada en lo alto de las montañas, continúa su día a día caótico. Los chavales siguen sorteando el tráfico con sus carretillas llenas de naranjas y evitando los microbuses que transportan a la gente al trabajo. La única diferencia es que ahora también hay camionetas Toyota con ametralladoras frente a los edificios oficiales; los diplomáticos se trasladan por la ciudad con escolta policial en convoyes de coches blindados, y las embajadas de EEUU y del Reino Unido, ambas atacadas en los dos últimos años, son pequeñas fortalezas rodeadas de muros de cinco metros a pruebas de bombas.

Pero Hussein dice que -pese a todo- su mayor preocupación ahora no es Al Qaeda, o a dónde iba un paquete hace unas semanas, sino de dónde va a venir su sustento mañana.

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