Berlín, 31 mar.- Turquía ha solicitado a Alemania que funcionarios y periodistas de su país puedan asistir al juicio contra "Clandestinidad Nacionalsocialista" (NSU), el grupo terrorista neonazi que asesinó a diez personas, ocho de ellas turcos.
El Ministerio de Exteriores alemán confirmó hoy que el jefe de la diplomacia turca, Ahmet Davutoglu, transmitió ayer esta solicitud en una conversación telefónica a su homólogo alemán, Guido Westerwelle.
Westerwelle mostró su comprensión ante la petición turca, pero argumentó -tal y como viene haciendo en los últimos días el Gobierno alemán ante el auge de las críticas- que el poder judicial es independiente y que el Ejecutivo no puede influir sobre él en ningún sentido.
Ambas partes, según el Ministerio de Exteriores alemán, coincidieron en esperar un juicio "transparente" y según las reglas del Estado de Derecho.
Para el Gobierno alemán es "importante" que el proceso discurra por estos cauces para "recuperar la confianza perdida" por parte de "las personas con orígenes turcos en Alemania", argumentó Exteriores.
La llamada es el último episodio de una tensa polémica en torno a la organización del juicio contra la presunta terrorista neonazi Beate Zschäpe y cuatro de sus colaboradores, que está previsto que comience el 17 de abril en Múnich.
Los medios turcos se han quejado abiertamente porque no cuentan con plazas para seguir este proceso judicial, que ha suscitado un gran interés en Alemania y Turquía por el escándalo que supuso que la NSU hubiese actuado contra extranjeros de forma impune durante una década sin que las fuerzas de seguridad tuviesen constancia de su existencia.
La Audiencia Territorial de Múnich no ha destinado ninguna de las 50 plazas para observadores a medios o diplomáticos turcos y alega a este respecto que ninguno de ellos tramitó la correspondiente acreditación.
El Gobierno turco denunció el viernes la "discriminación" y "subjetividad" de la Judicatura alemana por no reservar plazas para corresponsales y diplomáticos turcos.
La trama neonazi salió a la luz a raíz del descubrimiento el 4 de noviembre del año pasado, en una autocaravana incendiada, de los cadáveres de Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, que aparentemente se habían suicidado cuando estaban a punto de ser detenidos por la policía tras atracar un banco.
Cuatro días después, Zschäpe, que permanece en prisión, se entregó a las autoridades tras prender fuego, para destruir pruebas, a la vivienda que había compartido con los dos presuntos terroristas.
Entre 2000 y 2007 la NSU asesinó a ocho turcos, un griego y una agente de policía, sin que las fuerzas de seguridad fueran capaces de relacionar los crímenes pese a ciertos obvios nexos.
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