Brasil reclama que se escuche a los emergentes en cuestiones de paz y guerra

  • París.- El ministro de Exteriores de Brasil, Celso Amorim, se ha quejado de las críticas a su país y a Turquía por el acuerdo con Irán sobre el control del programa nuclear iraní, y reclamado que las potencias emergentes sean escuchadas en las cuestiones internacionales vinculadas a la paz y a la guerra.

Brasil reclama que se escuche a los emergentes en cuestiones de paz y guerra
Brasil reclama que se escuche a los emergentes en cuestiones de paz y guerra

París.- El ministro de Exteriores de Brasil, Celso Amorim, se ha quejado de las críticas a su país y a Turquía por el acuerdo con Irán sobre el control del programa nuclear iraní, y reclamado que las potencias emergentes sean escuchadas en las cuestiones internacionales vinculadas a la paz y a la guerra.

Esos temas que constituyen "el núcleo duro de la política mundial", señala Amorim en un artículo publicado hoy por "Le Figaro", "siguen siendo la prerrogativa de un pequeño número de países", básicamente los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido.

"Es hora de que en las cuestiones graves de paz y guerra se escuche a los países emergentes -Turquía y Brasil, pero también otros como Sudáfrica, Egipto e Indonesia-", subraya antes de añadir que tenerlos en cuenta "hará justicia a su competencia y a su capacidad. Pero, sobre todo, escucharlos abrirá las puertas a un mundo mejor".

El ministro brasileño, que participa hoy en un debate en París organizado por "Le Figaro" y por el "International Herald Tribune" titulado: "Brasil, ¿la nueva oportunidad del Atlántico?", denuncia que "las decisiones mundiales no pueden seguir tomándose sin sus voces".

Amorim considera que "la insistencia para sanciones contra Irán", en alusión a las dictadas la semana pasada por el Consejo de Seguridad de la ONU, "confirma la percepción de numerosos analistas que denuncian que los centros tradicionales de poder no compartirán su estatuto privilegiado".

Y contrasta esta situación con los cambios que se han producido en los últimos años en la escena internacional, con una apertura en otros ámbitos, como el comercial o el del cambio climático, que se han abierto a los grandes países en desarrollo.

"La crisis financiara ha acentuado todavía más la aparición de nuevos actores", y así el G-20, que incluye a países ricos y otros en desarrollo, "ha sustituido al G-8 como primer foro de debates y de toma de decisiones sobre la economía mundial", argumenta.

"Las discusiones sobre el comercio, las finanzas, el cambio climático o incluso la gobernanza mundial han empezado a abrirse a los países en desarrollo", constata Amorim antes de apostillar que "sin la presencia de países como China, India, Brasil, Sudáfrica y México no se alcanzaría ningún resultado tangible".

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