Cómo el Brexit duro de Boris Johnson ha relanzado al 'antisistema' Jeremy Corbyn

  • El líder de la oposición suma apoyos para un eventual Gobierno interino si Boris Johnson dimitiese por no poder ejecutar el Brexit el 31 de octubre.
Jeremy Corbyn, a la salida de un colegio electoral este jueves
Jeremy Corbyn, a la salida de un colegio electoral este jueves
EFE

Jeremy Corbyn lleva varios años dando bandazos al frente del Partido Laborista en Reino Unido: en 2016, tras el referéndum del Brexit, se posicionó en contra de una segunda consulta; el año pasado aceptaba a regañadientes la decisión del partido de abrir esa vía si no se desbloqueaba el proceso de salida de la UE, como ha ocurrido; y, ahora, Corbyn es el máximo defensor de un segundo referéndum como única solución al bloqueo parlamentario al plan de Boris Johnson. Sin embargo, la amenaza de un Brexit 'duro' el próximo 31 de octubre parece haber vuelto las tornas y el líder que otrora asustaba a conservadores, liberales y parte de la socialdemocracia con propuestas como un impuesto a la banca se ha convertido en la gran esperanza para evitar un desastre mayúsculo para Reino Unido y el resto de Europa.

Especialmente, porque la vía judicial está dando resultados solo parciales a quienes pretender frenar el plan de Boris Johnson de salir de la UE, con o sin acuerdo, el próximo 31 de octubre. La semana pasada el primer ministro anunciaba una nueva propuesta de acuerdo a Bruselas, pensada para evitar un Brexit 'duro' pero "diseñada para fracasar", según la oposición, tras la sentencia del Tribunal Supremo que le obliga reabrir el Parlamento británico. Y los 'comunes' fueron claros a principios de septiembre, cuando aprobaron una ley para forzar a Johnson a solicitar una prórroga antes de que finalice la actual.

Pero aunque el Supremo haya obligado a Johnson a reabrir el Parlamento, de ningún modo le obliga a cumplir la ley aprobada por los comunes. De hecho, este lunes el Tribunal de Sesiones de Edimburgo desestimaba una petición de urgencia del mismo equipo de abogados para forzar al primer ministro -o actuar en su lugar ante la UE si fuera necesario- a solicitar la prórroga, lo que añade aún más incertidumbre a la ya de por sí tortuosa salida de Reino Unido del bloque comunitario. Y lo que supone un duro varapalo para el frente antiBrexit.

Corbyn, ¿un líder para el frente antiBrexit?

Quizás por eso Corbyn empieza a ser la única esperanza de quienes se oponen a la salida -o a una salida sin acuerdo, al menos- de la UE. Y eso que el Partido Laborista está más dividido que nunca, a tenor de lo que se vio en el último congreso anual, celebrado hace un par de semanas: todos quieren evitar un Brexit 'duro' a toda costa, pero nadie se pone de acuerdo en cómo lograrlo. El ala dura del partido apoyó a Corbyn en su idea de que lo principal es evitar una salida sin acuerdo y posponer una posición oficial de partido. Una postura que se impuso a la de la otra mitad de los laboristas, que piden abiertamente un segundo referéndum.

La gran pregunta es, pues: ¿qué diablos quiere Jeremy Corbyn? Sus detractores argumentan que solo busca hacerse con el poder y que si llegase a ser primer ministro de Reino Unido (bien por interinidad, bien por ganar unas hipotéticas elecciones) lo utilizaría para llevar a cabo reformas ideológicas y 'antisistema': desde implantar impuestos sin precedentes a la banca a salir de la OTAN y poner en riesgo el futuro geopolítico de la nación. Sin embargo, de la cuestión del Brexit, nadie está seguro de lo que haría: en 2016 votó por la permanencia en la UE, mientras que en el referéndum de 1975 votó en contra.

En cualquier caso, su cuestionado europeísmo no es tan importante como el hecho de que a estas alturas Corbyn no tiene otra opción que liderar el movimiento antiBrexit. Al menos, el que se opone firmemente a una salida sin acuerdo. Y en esa indefinición es donde el líder de la oposición suma más adeptos. De hecho, el partido laborista, en boca de John MacDonnell, ya ha lanzado la idea este fin de semana: no aceptarán ningún Gobierno sin Corbyn como primer ministro. Una declaración de intenciones para el resto de fuerzas: o el plan de Boris Johnson o Jeremy Corbyn. Sin tercera vía.

¿Una nueva suspensión del Parlamento?

De hecho, en ese cara a cara parece que Corbyn podría tener algo de ventaja, después de que las críticas al plan de Johnson se multiplicasen la semana pasada después de conocerse que el primer ministro de Reino Unido solicitará una nueva suspensión del Parlamento que entraría en vigor el 8 de octubre y concluiría el día 14 con el discurso de la reina, después del varapalo del Tribunal Supremo a una iniciativa similar, según fuentes citadas por la cadena 'Sky News'.

Con este movimiento, aún por confirmar, Johnson evitaría la sesión de control al Gobierno prevista para el 9 de octubre e interrumpiría la actividad en las dos cámaras parlamentarias en un momento clave, cuando se avecinan nuevas negociaciones con la UE sobre el Brexit. Al contrario del anterior cierre del periodo de sesiones, invalidado por el Tribunal Supremo británico por ser "ilegal", en esta ocasión el argumento utilizado por Johnson sería la necesidad de que Isabel II lea las prioridades del Gobierno tras el cambio de Ejecutivo, un procedimiento más estándar.

Pero si Johnson persiste en sus planes unilaterales con el Brexit o con el Parlamento, lo cierto es que podría enfrentarse en las próximas fechas a dos escenarios nada halagüeños: una moción de censura impulsada desde la oposición y que lideraría Jeremy Corbyn para convertirse en primer ministro interino, o bien una moción de confianza de su propio partido para colocar al frente a otro líder conservador capaz de llevar a término las negociaciones con la UE. A esas dos hipótesis se añade la de las elecciones anticipadas, una opción cada vez menos descabellada en Reino Unido.

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