EEUU bombardea Siria e Irak pero no se atreve a arrancar el yihadismo de Pakistán y Arabia Saudí

    • El informe oficial del 11S, que recogía a su vez un documento de la CIA elaborado en 2002, no dudaba en afirmar que Al Qaeda se financiaba gracias "particularmente" a donantes de Arabia Saudita.
    • Los servicios secretos paquistaníes perdieron la ocasión de erradicar del país al movimiento talibán después de que los bombardeos de EEUU en 2011 los debilitaran y recluyeran en la frontera norte de Pakistán.
El yihadismo internacional se financia desde Arabia Saudita
El yihadismo internacional se financia desde Arabia Saudita
A.Torres

Todos los esfuerzos de Estados Unidos para frenar el avance del Estado Islámico y combatir el auge yihadista internacional tienen a Siria e Irak como su campo de batalla. Es allí donde caen las bombas de la coalición internacional liderada por Washington. Sin embargo, ya son numerosos los analistas, expertos independientes- como Patrick Cockburn, corresponsal en Oriente Medio de The Independent- u observatorios - como Human Rights Watch o Site Intel Group- que sitúan los focos sobre la inacción de la primera potencia mundial en países como Arabia Saudita o Pakistán, donde el embrión del yihadismo dormita desde aquel 11 de septiembre que cambió el mundo para siempre tal y como lo conocíamos. Ignorar el papel desempeñado por ambos países podría ser otra de las claves por las que el mundo civilizado no sólo es incapaz de doblegar al yihadismo sino que ve cómo éste es día a día más temible y poderoso.Las horas que siguieron al 11-S

Bajo los ecos del 11-S se tomaron las decisiones que permitieron la supervivencia de Al Qaeda. "La Base", como su propio nombre traducido al castellano explica, sobre la que se han estructurado el resto de movimientos integristas de inspiración yihadista, fue pionera a la hora de conmocionar al mundo con atentados espectaculares. En aquellas horas que siguieron al desplome de las Torres Gemelas todas las sospechas apuntaban a Arabia Saudita. No en vano, Osama Bin Laden formaba parte de la 'aristocracia' saudí y su propio padre mantenía vínculos con la monarquía de aquel país.

El informe oficial del 11S, que recogía a su vez un documento de la CIA elaborado en 2002, no dudaba en afirmar que Al Qaeda se financiaba gracias a donantes y fundaciones "principalmente" de los países del Golfo Pérsico y "particularmente" de Arabia Saudita. A pesar de que Riad no facilitó e incluso negó informacion a los autores del citado informe, lo cierto es que la Administración Bush no presionó demasiado a las élites sauditas. El documental"Farenheit 9/11" del polémico cineasta estadounidense Michael Moore apunta en este sentido. En los días que siguieron al once de septiembre de 2001, la Casa Blanca facilitó la salida de Estados Unidos de relevantes súdbitos saudíes, incluidos familiares del propio Osama Bin Laden.

El reportaje de Moore sugiere que las posteriores invasiones de Afganistán e Iraktienen más que ver con la protección de los intereses de las petroleras norteamericanas en la zona que con arrancar las raíces del yihadismo. Para extender aún más la sombra de la sospecha sobre la monarquía saudí las 28 páginas del Informe de la Comisión del 11S que hacían referencia a la relación de Mohamed Atta y sus secuaces con Arabia Saudí nunca se publicaron. Obama prometió sacarlas a la luz pero nunca lo hizo bajo el amparo de la manida cuestión de seguridad nacional.

En 2009, uno de los cables destapados por WikiLeaks desvelaba un correo electrónico de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en el que se quejaba abiertamente de que los donantes saudíes constituían la principal fuente de financiación del terrorismo yihadista de corte sunita. Otro cable desnudado del Departamento de Estado llevaba un título elocuente al respecto: "¿Es el anti chiísmo la política exterior de Arabia Saudí?". Sea como fuere lo que sí resulta evidente es que las potencias occidentales ni siquiera han recriminado a Riad el torrente de mensajos de clérigos y predicadores saudíes llamando al asesinato de chiíes, ni siquiera cuando las bombas castigaban sin piedad a los barrios de esta confesión del Islam en Bagdad.Los servicios secretos paquistaníes

'Homeland', la exitosa serie estadounidense producida por Fox21 para la cadena de televisión por cable Showtime ha puesto el dedo en la llaga sobre el papel desempeñado por la Inteligencia paquistaní (ISI por sus siglas en inglés) en el amparo y posterior resurgir del movimiento talibán, "padres fundadores" del nuevo yihadismo, en Pakistán.

En este sentido, esta serie de espionaje que explora con toda crudeza las relaciones de Estados Unidos con el mundo musulmán y el integrismo yihadista, apunta a cierta condescendencia de Islamabad con los llamados "estudiantes" -talibán- del Islam. Y siendo una ficción comparte la misma visión que prestigiosos institutos de análisis del contexto internacional como nuestro Real Instituto Elcano que ya en 2010 alertaban de la proliferación de grupos islamistas violentos en aquel país. Una cuestión difícilmente comprensible en tanto en cuanto el movimiento talibán resultó prácticamente derrotado tras los bombardeos estadounidenses que siguieron al 11 de septiembre. Era entonces el turno de Pakistán para acabar con los últimos reductos del movimiento atrapado en la frontera norte del país. Sin embargo nunca actuó. Desde 2003 los talibanes han recompuesto sus filas y forman otro de los bastiones del yihadismo internacional.

"Homeland" especula con la posibilidad de que Islamabad tolerara a los talibán mientras sus atentados no afectaran directamente a su seguridad interior. Sin embargo, la reciente matanza de más de cien estudiantes en una escuela militar de Peshawar ha acabado por demostrar que de ser cierta esta teoría, el gobierno paquistaní ha errado mortalmente en sus cálculos.

En todo caso, la serie que protagoniza Claire Danes en el papel de la agente de la CIA Carrie Mathison, ha levantado ampollas en Pakistán. Tan es así que las cadenas paquistaníes se han negado a programar "Homeland" desde su primera temporada porqueconsideran que la serie atenta contra el "interés nacional".

"Las repetidas insinuaciones de que una agencia de inteligencia de Pakistán escómplice de proteger a terroristas en detrimento de civiles pakistaníes inocentesno sólo es absurda sino también un insulto", aseguró a la AFP el domingo Nadeem Hotiana, agregado de prensa en la embajada de Pakistán en Washington.¿Qué teme EEUU para no intervenir en Arabia Saudí y Pakistán?

A pesar de las evidencias más o menos sólidas que apuntan a Arabia Saudí Paquistán, Washington no se atreve a una intervención directa en dos países considerados como socios primordiales tanto comerciales como estratégicos y "paradójicamente" en la lucha contra el yihadismo.

El Reino Saudí no es sólo es el mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sino que constituye un mercado clave para la potente industria armamentística y militar de Estados Unidos. Asimismo, las elites sauditas llevan décadas cultivando -si no directamente comprando- la amistad de influyentes personajes -como la familia Bush- del establishment estadounidense.

Las razones para no actuar en Pakistán son menos sutiles. Se trata de un país con 180 millones de musulmanes que cuenta con la bomba nuclear en su arsenal atómico.





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