EEUU busca aislar a Brasil del acuerdo de libre comercio de la UE con Mercosur

  • La luna de miel entre estos países se centra en la defensa y en la implantación de un acuerdo de comercio que, según EEUU, puede ser incompatible.
Bolsonaro y Trump en la reunión del G20, en Japón.
Bolsonaro y Trump en la reunión del G20, en Japón.

La afinidad entre los dirigentes de Estados Unidos y Brasil, Donald Trump y Jair Bolsonaro, quedó patente incluso antes de que el segundo fuera elegido presidente a finales de 2018. Los lazos entre ambos países se han reforzado en el aspecto militar y económico, llegando a amenazar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, un acuerdo regional al que Brasil pertenece junto con Argentina, Paraguay y Uruguay. 

Ambos dirigentes han llevado a cabo varias acciones que prueban el intento de acercamiento entre los dos países. Las relaciones entre el mandatario ultraderechista brasileño y su homólogo estadounidense se han estrechado en otros aspectos. El nuevo diálogo entre los dos países americanos se centra en aspectos de defensa y en la implantación de un acuerdo de libre comercio. Un acuerdo que, según EEUU, podría llegar a ser incompatible con el de la UE.

En apenas dos días, Estados Unidos ha amenazado la estabilidad del acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, arrastrando al país sudamericano y alejándolo de la Unión Europea y sus socios del mercado latinoamericano. El pasado jueves se iniciaron las negociaciones para dicho pacto de libre comercio y también se ha oficializado la designación de Brasil como aliado militar estratégico de EEUU fuera de la OTAN.

Con ello, EEUU podrá entregar a Brasil artículos excedentes de defensa, así como organizar maniobras militares conjuntas. Unas operaciones reservadas únicamente a la OTAN y sus aliados estratégicos. Además, Trump se mostró en el pasado partidario de que Brasil se una a la OTAN y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Ambas incorporaciones requieren un proceso que dura años pero el apoyo del magnate convertido en presidente puede agilizar los trámites.

Respecto al acuerdo de libre comercio entre Brasil y Estados Unidos, el miércoles el secretario de Comercio norteamericano, Wilbur Ross, avanzó el "interés" de su país en Brasil, pero advirtió que éste podría “esfumarse” en virtud del contenido del acuerdo con la UE. El representante de Comercio admitió las “diferencias con la UE” en áreas como la industria química, automotriz, alimenticia, entre otros sectores, así como en "cuestiones sanitarias" (más restrictivas en Europa que en EEUU) que hacen que "tengamos problemas con su visión".

Por último, el mismo jueves EEUU y Brasil firmaron un memorando de entendimiento por el que los estadounidenses se comprometen a financiar a empresas dispuestas a ejecutar proyectos de infraestructura en el país sudamericano. Según el secretario de Comercio estadounidense Wilbur Ross, esto “significa que las dos partes están trabajando juntas para financiar los proyectos prioritarios de infraestructura de Brasil" y facilitar las inversiones y negocios de constructoras estadounidenses en el país.

Por su parte, la coordinadora de obras estratégicas del Programa de Asociaciones e Inversiones de Brasil, Verónica Sánchez, admitió las “carencias” que tienen y que han de “ser rellanadas por empresas privadas” por lo que “queremos mucho el apoyo y la participación de empresas estadounidenses en el país”.

Y es que un acuerdo entre EEUU y Brasil podría catapultar a la economía del país sudamericano. De acuerdo con un estudio de Amcham Brasil y del centro privado de estudios económicos Fundación Getulio Vargas, el libre comercio entre ambos estados contribuiría al un crecimiento del PIB brasileño de hasta el 1,3% en el año 2030, que traducido a números sería de unos 38.000 millones de dólares.

De esta manera, EEUU impone sus intereses sobre los que la UE lleva negociando casi dos décadas con Mercosur y que crearían un mercado para cerca de 800 millones de consumidores a ambos lados del océano Atlántico. España, junto con Alemania, Portugal y los Países Bajos, ha sido de los países que más ha impulsado el avance de las negociaciones desde su inicio en el año 2000.

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